San Alfonso María de Ligorio, cuya fiesta la Iglesia Católica celebra cada 1 de agosto, dejó escritos varios ejemplos de cómo la Virgen consuela antes de morir y obtiene la salvación de sus devotos. Aquí te compartimos 3 relatos.
En el libro Las glorias de María, San Alfonso (1696-1787), Doctor de la Iglesia y patrono de los confesores y moralistas, reflexiona sobre el amor maternal de María y su poderosa intercesión ante su Hijo.
1. La pastorcita pobre
Entre los ejemplos que presenta para corroborar la ayuda mariana está el de una pastorcita que solía visitar una ermita en el monte. Allí había una imagen de la Virgen que adornaba con lo que tenía, en medio de su pobreza. No obstante, la joven cayó enferma.
Dos religiosos que iban por aquella zona se detuvieron a descansar y tuvieron una visión. Observaron a unas doncellas que acompañaban a una mujer majestuosa. Uno de ellos le preguntó quién era y a dónde iba. La hermosa señora le indicó que era la Madre de Dios y que iba a la próxima aldea a ver a una pastorcita moribunda que la visitaba.
La visión desapareció y los consagrados se fueron a buscar a la joven. Cuando la encontraron, ella les pidió que rogaran a Dios para que vieran la compañía con la que estaba.