VATICANO,
El Arzobispo Silvano Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas en Ginebra, denunció ante este organismo que las minas anti-personales solo han causado muerte y pobreza, por lo que respaldó las iniciativas para destruirlas en todo el mundo.
Mons. Tomasi intervino en la segunda reunión preparatoria de la Primera Conferencia de Examen de la Convención de Ottawa. La conferencia se celebrará en Nairobi (Kenya), del 29 de noviembre al 3 de diciembre de 2004.
La Convención de Ottawa sobre la prohibición del uso, almacenamiento, producción y transferencia de las minas anti-persona y su destrucción fue establecida el 18 de septiembre de 1997 y entró en vigor el 1 de marzo de 1999.
En su discurso, Mons. Tomasi recordó que desde esa fecha 116 países habían destruido unos 31 millones de minas y definió la convención como una herramienta "pionera y eficaz".
"Las minas han hecho que los pobres sean aún mas pobres, víctimas sin manos ni pies, niños sin porvenir, agricultores sin tierra para cultivar y jóvenes generaciones sin futuro cuya única alternativa es la pérdida de las raíces y la emigración hacia un mañana incierto", indicó.
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