La Beata Joana de Portugal (1452-1490) era una princesa e hija del rey Alfonso V. Tuvo muchos pretendientes reales, pero rechazó a todos. A sus 20 años quiso vivir sólo para Dios. Ingresó a un convento dominico, pero no pudo profesar los votos porque su padre y hermano se oponían. Sin embargo, esto no le impidió servir a los necesitados con el hábito.
8. El Beato João Fernandes y la valentía en las misiones
El Beato João Fernandes (1547-1570), oriundo también de Lisboa, tenía el sueño de ser un evangelizador jesuita. Siendo un joven novicio, se embarcó a Brasil junto a varios miembros de la Compañía. En el camino fueron interceptados por corsarios calvinistas, quienes los mataron. El joven João fue arrojado al mar, pero su valiente testimonio permanece.
9. Beata María Clara: De una familia nombre a la vida franciscana
La Beata María Clara (1843-1899) nació en un palacio cerca de Lisboa y formaba parte de una familia noble. Quedó huérfana a los 14 años. Sintió el llamado del Señor e ingresó a las Hermanas Capuchinas. Posteriormente, descubrió que Dios le pedía iniciar una gran obra y fundó a las Hermanas Franciscanas Hospitalarias de la Inmaculada Concepción.
10. Beato Pier Giorgio, protector de los necesitados
La familia del Beato Pier Giorgio Frassati (1901-1925) era de la influyente burguesía italiana. Él creció con un profundo amor por la Eucaristía y la Virgen, ayudando a los necesitados. Le gustaba escalar montañas e ingresó a la universidad para estudiar Ingeniería de minas. Buscó promover y preservar los valores cristianos en la política.
En su funeral, las calles se llenaron de pobres y desvalidos que fueron a dar el último adiós a quien tanto los había ayudado.
11. El Beato Marcel Callo y la pastoral en el mundo del trabajo
El Beato francés Marcel Callo (1921-1945) llegó a ser integrante de la Juventud de Obreros Católicos porque quería vivir su fe en el mundo laboral. Con la ocupación nazi en el país fue obligado a hacer trabajos forzados en una ciudad alemana, dejando a su amada novia y familia.
Aprovechó esta oportunidad para seguir evangelizando clandestinamente como obrero católico hasta que fue apresado por la Gestapo. Al final, fue enviado al campo de concentración de Mauthausen, donde murió por todos los maltratos recibidos.
12. La Beata Chiara Badano y su testimonio de fe durante la enfermedad
Cuando era niña, la Beata Chiara (1971-1990) tenía una pequeña alcancía. Ese dinero lo destinó a los niños pobres de África y soñaba con un día atenderlos como doctora. Le gustaba jugar tenis, hasta que un día le detectaron un tumor maligno en los huesos.
En vez de desanimarse, afrontó la enfermedad con serenidad y alegría, sabiendo que pronto se encontraría con Jesús. Este testimonio de optimismo de su encuentro con Dios impactó tanto que atrajo a cientos de personas, sobre todo jóvenes, en su funeral.
13. El Beato Carlo Acutis y la evangelización en Internet
El Beato Carlo Acutis también estuvo en Portugal. De hecho viajó hasta Fátima para visitar el lugar de las apariciones. Tenía la característica de ser algo glotón y hacer reír en la clase, por lo que se propuso controlarse a sí mismo.
Se hizo amigo de Rajesh, uno de sus empleados, que era hindú. Carlo le hablaba tan entusiasmado de la fe en Cristo que se convirtió y pidió ser bautizado católico. En el funeral del beato se hicieron presente muchas personas de escasos recursos, inmigrantes y sin techo, a quienes él había ayudado en secreto.
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