El P. Labib Deibs, párroco de la parroquia latina de Yenín, al norte de Cisjordania, suplicó a Dios por la paz desde el templo que fue seriamente dañado por una explosión y por las balas durante una operación militar de Israel a inicios de esta semana. El sacerdote contó el drama que vivió y la solidaridad que viene recibiendo especialmente de parte de los jóvenes.
En declaraciones recogidas por el Patriarcado Latino de Jerusalén, el P. Deibs explicó que durante las recientes intervenciones militares israelíes al campo de refugiados de Yenín, que cobraron la vida de unos 12 palestinos y de 1 soldado israelí, él se encontraba en la rectoría de la parroquia.
La explosión que se produjo fuera de la iglesia rompió las ventanas, afectó la infraestructura y dañó el sistema eléctrico. Ante esto, el sacerdote informó lo sucedido al Patriarcado Latino y envió fotos de cómo había quedado el templo.
"Al día siguiente de la explosión me dirigí a la iglesia para rezar, pero al llegar vi los daños infligidos al edificio y no pude rezar. Inmediatamente, me puse en contacto con los responsables y me pidieron que les documentara los daños. Así que tomé algunas fotos y se las envié", describió.
Asimismo, añadió que en el techo quedó el rastro de tres balas y que recogió otra que estaba tirada en el patio.
En medio de este difícil contexto, en el que muchas familias palestinas tuvieron que huir de sus casas, el Patriarca Latino de Jerusalén, el Arzobispo Pierbattista Pizzaballa, emitió un comunicado el martes en el que exigía un alto al fuego a Israel y clamaba por el diálogo para que los habitantes del lugar no se vieran afectados.