"Por eso, también podemos besar a Dios. Y cuando Él nos besa a nosotros, ese beso llega a las entrañas más profundas de nuestro ser. A esto los grandes místicos lo llamaron 'matrimonio espiritual'", agrega.
"La Iglesia siempre puede profundizar su doctrina"
En noviembre de 2014, el Arzobispo argentino concedió una entrevista a la revista Vida Nueva, en el marco del Sínodo de la Familia realizado en octubre.
Respondiendo a una pregunta sobre su opinión a lo dicho por el Cardenal estadounidense Raymond Burke sobre que el Sínodo habría estado manipulado, Mons. Fernández alentó a no ser "rígidos" y a aceptar "lo que Dios quiere traerle a la Iglesia a través del Papa Francisco".
"De otro modo, en lugar de la fe en el carisma del sucesor de Pedro, y de la fidelidad al Espíritu que actúa en la Iglesia, lo que hay es la defensa violenta de una ideología filosófica. Si el Papa tiene esa ideología lo adoro, pero si pone otros acentos se convierte en un latinoamericano ignorante y peligroso que hay que tratar de limitar", agregó.
En esa entrevista, el Prelado también esbozó su opinión sobre cómo se da el desarrollo de la doctrina católica, cuya ortodoxia en todo el orbe estará bajo su vigilancia desde septiembre.
"La Iglesia siempre puede profundizar su doctrina. Si así no fuera, todavía aprobaría la esclavitud o la pena de muerte, recomendaría la monarquía como la forma de gobierno más perfecta, o rechazaría que un no católico pudiera salvarse o seguir su conciencia, etc. Cuando se dice que la doctrina es inmutable, hay que decir también que la comprensión que tiene la Iglesia sobre esa doctrina no es igualmente inmutable, sino que crece y madura", refirió.
El Arzobispo habló asimismo sobre la Comunión a los divorciados en nueva unión, un debate que se abrió tiempo después con la exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia, publicada en 2016.
"Una segunda unión de muchos años, que ha tenido hijos y reconoce la maldad objetiva de lo ocurrido, vive en fidelidad y cristiana generosidad esa unión que no podría romperse sin generar nuevas culpas. Dado que en este caso la pareja tiene un fuerte condicionamiento que vuelve muy difícil una decisión diferente, se entiende que la responsabilidad y la culpabilidad están mitigadas y eso podría abrir el camino a un discernimiento pastoral que abra el camino a la Eucaristía en algunas ocasiones", explicó entonces.
Amoris laetitia
La exhortación sobre el amor en la familia se publicó el 19 de marzo de 2016. El 25 de mayo, el vaticanista italiano Sandro Magister sacó a luz un artículo en el que afirma que el texto "tiene un autor a la sombra. Se llama Víctor Manuel Fernández".
Magister señala que algunas formulaciones de la exhortación "tienen una prehistoria argentina, copiadas tal cual de un par de artículos de los años 2005 y 2006 de Víctor Manuel Fernández, ya entonces -y aún hoy- pensador de referencia del Papa Francisco y escritor a la sombra de sus textos principales".
"Esos dos artículos fueron también la causa de que la Congregación para la Educación Católica bloqueara la candidatura de Fernández como rector de la Universidad Católica Argentina, para doblegarse años más tarde, en 2009, al entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio, que hizo lo imposible para obtener el nihil obstat con el fin de que se promoviera a su pupilo", explica el vaticanista italiano.
Los artículos eran una reacción a un congreso realizado en la universidad en 2004 sobre la encíclica Veritatis splendor, en la que el Papa San Juan Pablo II defiende la verdad del Evangelio y la existencia del mal moral, también de las acciones que son intrínsecamente malas y que nunca pueden ser buenas, bajo ninguna circunstancia.
Uno de los ejemplos que ofrece Magister tiene que ver con el numeral 305 de la exhortación y la nota 351 anexa a éste, probablemente el pasaje que más polémica suscitó desde su publicación.
El vaticanista encontró importantes similitudes cuando se habla de la "situación objetiva de pecado" entre Amoris laetitia y un texto escrito diez años antes por el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, titulado "La dimensión trinitaria de la moral. II. Profundización del aspecto ético a la luz de 'Deus caritas est'".
Tanto en la exhortación apostólica como en el texto de Fernández se apunta a que puede haber situaciones en las que la persona "no sea subjetivamente culpable".
De otro lado, el numeral 301 de la exhortación apostólica indica que "los límites no tienen que ver solamente con un eventual desconocimiento de la norma. Un sujeto, aun conociendo bien la norma, puede tener una gran dificultad para comprender 'los valores inherentes a la norma' [339] o puede estar en condiciones concretas que no le permiten obrar de manera diferente y tomar otras decisiones sin una nueva culpa".
El texto de 2006 de Mons. Fernández destaca por su parte que "cuando el sujeto histórico no está en condiciones subjetivas de obrar de otra manera ni de comprender 'los valores inherentes a la norma' (cf. FC 33c), o cuando 'un compromiso sincero con respecto a una norma determinada puede no llevar inmediatamente a acertar en la observancia de semejante norma'...".
Las feministas y "el sueño de la verdadera igualdad"
En octubre de 2019, ante la realización del "Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas", que se realizó en La Plata y que generalmente concluye con el ataque de feministas contra iglesias católicas, Mons. Fernández pidió a los católicos evitar "acciones que, con la excusa de proteger iglesias, puedan interpretarse como una 'resistencia' cristiana".
En el artículo titulado "Encuentro Nacional de Mujeres", Mons. Fernández argumentó que muchos ven el multitudinario evento feminista, caracterizado por su violencia contra la propiedad pública y privada, "como si viniera una horda sedienta de venganza y destrucción", pero que en realidad "son mujeres, de muchos colores, con diversas formas de defender sus derechos, y también con diferencias entre ellas".
"Las une el sueño de una verdadera igualdad, y la ira se entiende cuando se recuerda la historia, siglos de opresión, de humillación, de dominio machista, de violencia", agrega.
"A veces la bronca se concentra contra la Iglesia, que necesita una autocrítica en este tema", apuntaba Mons. Fernández, que en el artículo trata de hacer una síntesis histórica de las posiciones en las que la Iglesia ha estado equivocada y necesita enmendarse en base a algunos buenos ejemplos.
"Aborto: ¿quién es más medieval?"
Un mes después, el Arzobispo cuestionó al presidente Alberto Fernández por ofrecer la presentación de un proyecto para legalizar el aborto en Argentina.
"Si yo pudiera hablar con Alberto -señaló- le preguntaría si vale la pena comenzar su mandato con un tema que tanto divide a los argentinos y que tanta tensión ha provocado", escribió el Prelado en su cuenta de Facebook.
En noviembre de 2020, el Arzobispo publicó en Infobae la columna "Aborto: ¿quién es más medieval?", en la que subrayó que la protección de la vida es una "defensa hasta el fondo de los grandes derechos humanos".
"La sola sospecha de que un embrión es un ser humano bastaría para que deba ser defendido, aunque esté en una etapa de desarrollo. De hecho, la Convención sobre los derechos del niño entiende por niño 'todo ser humano desde el momento de la concepción'", recordó.
La ley de aborto en Argentina se aprobó finalmente en diciembre de 2020.
"Lo que me pide Francisco"
El 1 de julio, tras conocerse su nombramiento, Mons. Víctor Fernández publicó un post en su cuenta de Facebook en el que comparte que en varias oportunidades se negó a aceptar el cargo en el Vaticano porque, entre otras cosas, "la tarea incluye la cuestión de los abusos de menores y yo no me siento preparado ni fui formado para esos asuntos".
"Sin embargo, cuando él estaba en el hospital, me volvió a pedir lo mismo. Se pueden imaginar que era imposible decirle que no. Pero él me explicó que el tema de los abusos ahora está en una sección bastante autónoma, con profesionales que saben mucho de ese tema y trabajan con gran seriedad", agregó.
En ese sentido, el Arzobispo argentino destacó que su misión será otra cosa que al Papa Francisco "le preocupa mucho en este momento: alentar la reflexión de la fe, la profundización de la Teología, promover un pensamiento que sepa dialogar con lo que vive la gente, animar un pensamiento cristiano libre, creativo y con profundidad".
"Finalmente acepté con alegría, porque lo que me pide es un maravilloso desafío, aunque tendré muchas contras: hay gente que prefiere un pensamiento más rígido, estructurado, en guerra con el mundo", continuó.
Luego de señalar que en este pontificado se da más importancia al Dicasterio para la Evangelización, Mons. Fernández resaltó que "el Dicasterio para la Doctrina de la Fe en otras épocas se llamaba Santo Oficio, y se dedicaba a perseguir a los herejes, a los que cometían errores doctrinales, y el Papa reconoce que usaba métodos inmorales como la tortura".
"A mí me dice que me está pidiendo algo muy distinto, porque los errores no se corrigen persiguiendo o controlando, sino haciendo crecer la fe y la sabiduría. Ese es el mejor modo de preservar la doctrina", concluyó.
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