Antes del rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco recordó que con el Bautismo cada uno de los cristianos recibe "el don y la misión de la profecía", y por tanto está llamado a ser "un reflejo de la luz de Cristo en el camino de los hermanos".
Ante los cerca de 15.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice reflexionó sobre el Evangelio de hoy, en el que Jesús dice: "El que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta".
"Pero, ¿quién es el profeta?", preguntó el Papa. El Santo Padre señaló que no es "una especie de mago que predice el futuro", ni "un personaje del pasado" que existió para preanunciar la llegada de Jesús.
"Profeta, hermanos y hermanas, es cada uno de nosotros", y que, "en virtud del Bautismo, ayuda a los demás a leer el presente bajo la acción del Espíritu Santo" para comprender los proyectos de Dios y corresponderlos, explicó.
En ese sentido, el Papa Francisco afirmó que "el profeta es aquel que muestra a los demás a Jesús", da testimonio y ayuda a construir el mañana según sus planes. "Por lo tanto, todos somos profetas, testigos de Jesús", señaló.
Por ello, invitó a los fieles a preguntarse: "Yo, que fui 'elegido profeta' en el Bautismo, ¿hablo y, sobre todo, vivo como testigo de Jesús? ¿Llevo un poco de su luz a la vida de alguien? ¿Yo me interrogo sobre esto? ¿Me pregunto cómo va mi testimonio, como va mi profecía?".