Laudes
Oración
de la mañana
SALUDO
INICIAL
V. Señor
abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Ant. 1. Oh
Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con Espíritu
firme.
Salmo 50
Misericordia, Dios
mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente
mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací, pecador me
concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero, y en mi
interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame quedaré más blanco
que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado
tu vista, borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón
puro,
renuévame por dentro con espíritu
firme;
no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites
tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios, Dios
salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
Señor, por
tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán
novillos.
Ant. 1. Oh
Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con Espíritu
firme.
Ant. 2. Reconocemos,
Señor, nuestra impiedad; hemos pecado
contra ti.
Cántico
Jr. 14,17-21
Mis ojos se deshacen
en lágrimas, día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de
mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta cono el sacerdote vagan sin
sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿Tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar, al tiempo
de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos
nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres, porque pecamos
contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre, no desprestigies
tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
Ant. 2. Reconocemos,
Señor, nuestra impiedad; hemos pecado
contra ti.
Ant. 3. Sión,
alaba a tu Dios, que envía su mensaje
a la tierra.
Salmo 147
Glorifica al Señor
Jerusalén; alaba a tu Dios Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de Ti;
ha puesto paz en tus fronteras, té sacia
con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana, esparce la escarcha
como ceniza;
hace caer el hielo como migajas y con el frío
congela las aguas;
envía una orden y se derriten; sopla
su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos
a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Ant. 3. Sión,
alaba a tu Dios, que envía su mensaje
a la tierra
LECTURA BREVE
(Gal. 2, 19b- 20)
Estoy crucificado
con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es Cristo
quien vive en mi. Y, mientras vivo en esta carne,
vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó
hasta entregarse por mí.
RESPONSORIO
BREVE
V. Invoco
al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto
por mí.
R. Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí.
V. Desde el cielo me enviará
la salvación.
R. el Dios que hace tanto por
mí.
V. gloria al Padre, y al Hijo
y al Espíritu Santo.
R. Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Por
la entrañable misericordia de nuestro
Dios, nos visitará el sol que nace de
lo alto.
PRECES
Confiados en Dios,
que cuida con solicitud de todos los que ha
creado y redimido con la sangre de su Hijo,
invoquémosle diciendo:
Escucha, Señor,
y ten piedad.
- Dios misericordioso,
asegura nuestros pasos en el camino de la verdadera
santidad, y haz que busquemos siempre cuanto
hay de verdadero, noble y justo.
- No nos abandones para siempre, por amor de
tu nombre no olvides tu alianza con nosotros.
Con alma contrita y espíritu humillado
te seamos aceptos, porque no hay confusión
para los que en ti confían.
- Tú que has querido que participáramos
en la misión profética de Cristo,
haz que proclamemos ante el mundo tus maravillas.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres.
Dirijámonos al Padre, con las mismas
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor,
tu gracia abundante, para que nos ayude a seguir
el camino de tus mandatos, y así gocemos
de tu consuelo en esta vida y alcancemos la
felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Vísperas
Oración
de la tarde
SALUDO
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa
en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al
Espíritu Santo como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Ant. 1. Día
tras día te bendeciré, Señor,
y explicaré tus proezas.
Salmo 144
(I)
Te ensalzaré,
Dios mío, me rey; bendeciré tu
nombre por siempre jamás.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la
otra, y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo
repito tus maravillas,
encarecen ellos tus temibles proezas, y yo narro
tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad, y
aclaman tus victorias.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos, es cariñoso
con todas sus creaturas.
Que todas tus creaturas
te den gracias, Señor, que te bendigan
tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen
de tus hazañas;
explicando tus proezas a los hombres, la gloria
y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno
va de edad en edad.
Ant. 1. Día
tras día te bendeciré, Señor,
y explicaré tus proezas.
Ant. 2. Los
ojos de todos te están aguardando, Señor,
tú estás cerca de los que te invocan.
(II)
El Señor
es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus
acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano, y sacias de favores
a todo viviente.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que
lo invocan,
de los que los invocan sinceramente.
Satisface los deseos
de sus fieles, escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman, pero
destruye a los malvados.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre por siempre
jamás.
Ant. 2. Los
ojos de todos te están aguardando, Señor,
tú estás cerca de los que te invocan.
Ant. 3. Justos
y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los
siglos!
Cántico
Ap. 15, 3-4
Grandes y maravillosas
son tus obras, Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de
los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Ant. 3. Justos
y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los
siglos!
LECTURA BREVE
(Rm. 8,1-2)
No hay ya condenación
para los que están en Cristo Jesús,
porque la ley del espíritu de vida en
Cristo Jesús me libró de la ley
del pecado y de la muerte.
RESPONSORIO
BREVE
V. Cristo
nos ama, y nos absuelto por la virtud de su
sangre.
R. Cristo nos ama, y nos absuelto
por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino
y sacerdotes para el Dios y Padre Suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
R. Cristo nos ama, y nos absuelto
por la virtud de su sangre.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El
Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos,
acordándose de su misericordia.
PRECES
Invoquemos al Hijo
de Dios, a quien el Padre entregó por
nuestros faltas y lo resucitó para nuestra
justificación, diciendo:
Señor,
ten piedad.
- Escucha, señor,
nuestras súplicas, perdona los pecados
de los que se confiesen culpables y en tu bondad
otórganos el perdón y la paz.
- Tú que, por medio del Apóstol,
nos has enseñado que donde se multiplicó
el pecado sobreabundó mucho más
la gracia, perdona con largueza nuestros muchos
pecados.
- Hemos pecado mucho, Señor, pero confiamos
en tu misericordia infinita; vuélvete
a nosotros para que podamos convertirnos a ti.
- Salva a tu pueblo de sus pecados, Señor,
y sé benévolo con nosotros.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Tú que
abriste las puertas del paraíso al buen
ladrón, ábrelas también
para nuestros hermanos difuntos. Reconociendo
que nuestra fuerza para no caer en la tentación
se halla en Dios, digamos confiadamente: Padre
nuestro...
ORACION
Señor, Padre
santo, que quisiste que tu Hijo fuese el precio
de nuestro rescate, haz que vivamos de tal manera
que, tomando parte en los padecimientos de Cristo,
nos gocemos también en la revelación
de su gloria. Por nuestro Señor, Jesucristo,
tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén. |