Santa Rosa, "Rosa y Reina del Perú",
encendida en el amor a Dios y a la fe,
te apartaste del mundo y te entregaste
a Cristo en medio de admirables penitencias.
Quisiste ser apóstol y llevar a todos los hombres
hacia Jesús. Para ello renunciaste a tu hermosura
y a tus atractivos humanos, mortificando tu cuerpo... Alcánzanos el camino de la verdadera vida para que lleguemos a gozar un día de los bienes eternos.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.