Lunes III

Laudes

Oración de la mañana

SALUDO INICIAL

V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamara tu alabanza.

  • HIMNO

  • SALMODIA

Ant. 1. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.

Salmo 83

¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.

Dichosos los que viven en tu casa alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones,
caminan de altura hasta ver a Dios en Sión.

Señor de los ejércitos, escucha mi súplica; atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido.
Un sólo día en tu casa vales más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti!

Ant. 1. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.

Ant. 2. Venid, subamos al monte del Señor.

Cántico
Is. 2,2-5

Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos.
Dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos, y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén la palabra del Señor."

Será el árbitro de las naciones, el juez de los pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven: caminemos a la luz del Señor.

Ant. 2. Venid, subamos al monte del Señor.

Ant. 3. Cantad al Señor, bendecid su nombre.

Salmo 95

Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras días su victoria.
Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza
más temible que todo los dioses.

Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: "El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente."

Alégrense el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto ha y en ellos, aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.

Ant. 3. Cantad al Señor, bendecid su nombre.

LECTURA BREVE
(St. 2, 12 -13)

Hablad y actuad como quienes han de ser juzgados por una ley de libertad, Pues habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó misericordia; pero la misericordia triunfa sobre el juicio.

RESPONSORIO BREVE

V. Bendito el Señor ahora y por siempre.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Sólo él hizo maravillas.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.

PRECES

Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que trabajasen concordes para su gloria, y digámosle:

Haz, Señor, que te glorifiquemos.

- Te bendecimos, Señor, creador del universo, porque has conservado nuestra vida hasta el día de hoy. Haz que en toda nuestra jornada te alabemos y te bendigamos.
- Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana; haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra.
- Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos.
- A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros, concédenos el gozo y la paz.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro...

ORACION

Señor Dios, rey de los cielos y tierra, dirige y santifica en este día nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabra y acciones, según tu ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, podamos ofrecerte hoy en todas nuestras actividades un sacrificio de alabanza grato a tus ojos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Vísperas

Oración de la tarde

SALUDO INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

  • HIMNO

  • SALMODIA

Ant. 1. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.

Salmo 122

A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia.

Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.

Ant. 1. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.

Ant. 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Salmo 123

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte -que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.

Nos habrán arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo cielo y la tierra.

Ant. 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Ant. 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.

Cántico
Ef. 1, 3-10

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derrocha para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que toas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Ant. 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.

LECTURA BREVE
(St. 4, 11-13ª)

No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano, o juzga a una hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si juzgas a la ley no eres cumplidor de la ley, sino su juez. Uno es el legislador y juez: el que puede salvar o perder. Pero tu, ¿quién eres para juzgar al prójimo?.

RESPONSORIO BREVE

V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
V.
Yo dije: "Señor, ten misericordia".
R. Porque he pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi humillación.

PRECES

Cristo quiere que todos los hombres alcancen la salvación. Digámosle, pues, confiadamente:

Atrae, Señor, a todos hacia ti.

- Te bendecimos, Señor, porque nos has redimido con tu preciosa sangre de la esclavitud del pecado; haz que participemos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
- Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. y a todos los obispos de la Iglesia, para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo.
- Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad logren encontrarla y que, habiéndola encontrado, se esfuercen por difundirla entre sus hermanos.
- Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas y alos que viven abandonados; ayúdalos en sus necesidades para que experimenten tu solicitud hacia ellos.
- Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén celestial, allí donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, serás todo en todos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir: Padre nuestro...

ORACION

Señor, tú que con razón eres llamado luz indeficiente, ilumina nuestro espíritu en esta hora vespertina, y dígnate perdonar benignamente nuestras faltas. Por nuestros Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.