Laudes
Oración de la mañana
SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
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HIMNO
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SALMODIA
Ant. 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de mi Dios?
Salmo 41
Como busca la sierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de mi Dios?
Las lágrimas son mi pan de noche y día,
mientras todo el día me repiten "¿donde está tu Dios?"
Recuerdo otros tiempos, mi alma desfallece de tristeza:
como marchaba a la cabeza del grupo, hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilos y alabanzas, en el bullicio de la fiesta.
¿Porque te acongojas, alma mía, porque te me turbas?
Espera en Dios que volverás a alabarlo:
"salud de mi rostro, Dios mío".
Cuando mi alma se acongoja, te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón y el monte Menor.
Una sima grita a otra sima con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas me han arrollado.
De día el Señor me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza del Dios de mi vida.
Diré a Dios: Roca mía ¿por qué me olvidas?
¿por que voy andando sombrío, hostigado por mi enemigo?
se me rompen los huesos por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan "¿donde está tu Dios?"
¿Por que te acongojas, alma mía, por que te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
"salud de mi rostro Dios mío".
Ant. 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de mi Dios?
Ant. 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Cántico
Sir. 36,1-7.13-16
Sálvanos, Dios del universo, infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que se sienta tu poder.
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad y al templo de tu gloria.
Ant. 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Ant. 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
Salmo 18
En cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Ant. 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
LECTURA BREVE
( Jr. 15,16 )
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, ¡ Señor, Dios de los ejércitos!
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos
CANTICO EVANGELICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Demos gracias a nuestro salvador que ha hecho un pueblo de reyes y sacerdotes, y digámosle:
Consérvanos, Señor, en tu servicio
- Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu sacerdocio haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables al Padre
- Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu Santo: comprensión, bondad, amabilidad
- Que la luz de la fe ilumine este nuevo día y que durante el mismo caminemos por la senda del amor
- Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos y les ayudemos a progresar en su salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos confiadamente al Padre: Padre Nuestro
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día: danos tu ayuda para que no caigamos hoy en el pecado, sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Vísperas
(Oración de la tarde)
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
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HIMNO
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SALMODIA
Ant. 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.
Salmo 44
Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia, el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente: es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono ¡oh Dios! Permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios,
té a ungido con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina enjoyada con oro de Ofir.
Ant. 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.
Ant. 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza, póstrate ante él, que él es tu Señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos, los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima, vestida de perlas y brocados;
la llevan ante el rey, con séquitos de vírgenes, la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real
" A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes de toda la tierra,"
Quiero hacer memorable tu nombre por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán por los siglos de los siglos.
Ant. 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant. 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico Ef. 1,3-10
Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
que nos a bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.
Él nos a destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya, a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos a concedido en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE
( I° Ts 2,13 )
Nosotros continuamente damos gracias a Dios; por que habiendo recibido la palabra de Dios predicada por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana, sino - como es en realidad-como palabra de Dios. Que ejerce su acción en vosotros, los creyentes.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Suba, Señor a ti mi oración.
CANTICO EVANGELICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
PRECES
Alabamos a Cristo, que ama a la Iglesia y le da aliento y calor, y roguémosle confiados diciendo:
Atiende, Señor, los deseos de tu pueblo
- Haz, Señor, que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
- Guarda con tu protección al Papa N. y a nuestro obispo N ayúdalos con el poder de tu brazo.
- Ten compasión de los que no encuentran trabajo y haz que consigan un empleo digno y estable.
- Señor, se refugio de los oprimidos y protégelos en todas sus necesidades.
- Te pedimos por el eterno descanso de los que durante su vida ejercieron el ministerio para el bien de tu Iglesia: que también te celebren eternamente en tu reino
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del Señor nos atrevemos a decir: Padre Nuestro
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que has querido asistirnos en el trabajo que nosotros, tus siervos inútiles, hemos realizado hoy, te pedimos que, al término de este día, acojas benignamente nuestro trabajo vespertino de acción de gracias y recibas con bondad la alabanza que te dirigimos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSION
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.