Al considerar el designio
divino
que te ha honrado como excelsa e incomparable
cooperadora de la salvación;
al reflexionar sobre tus desvelos
al cuidar al Niño y al Joven Jesús;
al ver tus intercesiones
en Caná, modelo de tus desvelos;
cómo no ver tú corazón solidario
con el destino de la humanidad,
cómo no comprender
lo inabarcable del horizonte
de tu amor, cómo no sentir
el impulso de pedirte
aprender de Ti a vivir atento
a las necesidades de los demás
y a poner los medios
para que sea solidaridad afectiva
se haga efectivamente concreta.
Madre de la Solidaridad,
intercede para que yo pueda
recorrer el camino de amar
a mis hermanos como me lo pide
el Señor Jesús. Amén