Las canciones y la música siempre han jugado un papel importante en el aprendizaje y la comunicación de la cultura. Los niños aprenden de sus modelos de comportamiento lo que ven y lo que oyen.
Durante los últimos 30 años, algunos programas de televisión de niños han usado con mucha eficacia la combinación de palabras, música y dibujos animados para lograr el aprendizaje. La mayoría de los padres se preocupan por lo que ven y oyen los niños, pero al crecer los niños, los padres dejan de prestarle atención a la música y los videos que entretienen a sus hijos. El compartir gustos musicales entre varias generaciones de la familia puede ser una experiencia muy entretenida.
La música es también parte del mundo exclusivo de los adolescentes. A los adolescentes les gusta mucho excluir a los adultos y así causarles preocupación. Una de las preocupaciones de los que se interesan en el desarrollo y crecimiento de los adolescentes es el deterioro pronunciado en los mensajes que aparecen en la música "rock", inclusive de los álbumes más populares y de mayor venta.
Los siguientes temas son problemáticos y prominentes. La promoción y exaltación del abuso de drogas y bebidas alcohólicas; Representaciones y palabras que presentan el suicidio como una "alternativa" o "solución"; La violencia gráfica; La preocupación con lo oculto; canciones acerca del satanismo y el sacrificio humano y su aparente representación en conciertos; Sexo que enfatiza el controlar el sadismo, el masoquismo, el incesto, el menosprecio de las mujeres y la violencia contra ellas Los padres pueden ayudar a sus hijos adolescentes prestándole atención a lo que el hijo compra, escucha y ve y ayudándolo a identificar las tendencias destructivas en la música.
La música no es por lo general un peligro para un adolescente cuya vida es feliz y saludable. Pero si el adolescente demuestra tener preocupación excesiva con música de temas destructivos y si tiene además cambios en su comportamiento como el aislamiento, la depresión o el uso de alcohol o drogas, se recomienda que se le haga una evaluación psiquiátrica.
Tomado de la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP) http://www.aacap.org