"Bendito tú, oh
Señor, Dios de nuestro padre Israel,
desde siempre hasta siempre.
Tuya, oh Señor, es la grandeza, la fuerza,
la magnificencia, la duración y la gloria;
pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra.
Tuya, oh Señor, es la realeza;
tú estás por encima de todo.
Te acompañan la gloria y las riquezas.
Tú eres dueño de todo;
en tu mano están el poder y la fortaleza
y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia.
Pues bien, oh Dios nuestro,
te celebramos y alabamos tu nombre magnífico.
1 Crónicas 29,10-13