Hilarie Belloc en un momento dado escribió: "Los hombres y mujeres conversos son, quizás, el actor principal del creciente vigor de la Iglesia Católica en nuestro tiempo". Y sobre este punto vemos la conversión de Dorothy Day (1897 - 1980), la cual fue una mujer divorciada que abortó por miedo a ser abandonada por su amante, quien permitió a la sociedad de aquél entonces contagiarse del Evangelio y los valores de la Iglesia, y así ser ejemplo de santidad en medio de lo cotidiano.
El fallecido Arzobispo de Nueva York, Cardenal Jhon O´Connor, manifestó en una oportunidad que "la beatificación de Dorothy Day podría recordar a muchas mujeres de hoy lo grande que es la misericordia de Dios, incluso cuando somos capaces de cometer un acto criminal y abominable como el aborto de un hijo. Ella supo bien lo que es estar al margen de la fe y lo que es después descubrir el camino correcto y vivir en plena coherencia con la exigencia de la fe católica".
Darothy nació en Brooklyn en el año 1897, creció en Chicago dentro de una familia protestante. Asistió, más no se graduó, a la Universidad de Illinois. En el año 1916 la familia Day se mudó a Chicago, donde ella sigue la carrera de periodista revolucionaria. Empieza a escribir como corresponsal y hace publicaciones izquierdistas como el Call y el New Masses. Se involucró en asuntos candentes como: los derechos de la mujer, el amor libre y el control de la natalidad.
La alegría natural de la fe
Dorothy salió nuevamente embarazada en el año 1926 y esta vez decidió tener al bebé. "Y entonces la pequeña Tamar Theresa nació, y con su nacimiento la primavera llegó a nuestras vidas. Mi alegría era tan grande que me senté en la cama del hospital y escribí un artículo para el New Masses sobre mi hija con la intención de compartir mi alegría con el mundo". Day decidió que su hija sería católica, la bautizaría y ella también se convertiría al catolicismo, aunque el padre de la bebé era un ateo comprometido.
Dorothy era conciente que era imposible hacer aquello teniendo a un amante al mismo tiempo.
Por lo que un día antes de su bautismo se separó de él. "La conversión es una experiencia solitaria. Nosotros no sabemos qué está pasando en las profundidades del corazón y el alma de otra persona. Apenas nos conocemos a nosotros mismos".
Las enseñanzas de la Iglesia, la vida sacramental, la convivencia con los pobres y la lucha contra un sociedad que se burlaran de ella, fueron las cosas que más marcaron su vida.
The Catholic Worker
"The Catholic Worker" lanzó su primer ejemplar el 1 de mayo de 1933, con informaciones sobre las huelgas, el paro, el trabajo infantil, los salarios ínfimos de los negros, etc. Los colaboradores crecieron y los números de distribución también, y fue por lo que se convirtió también en un movimiento para ayudar a los más necesitados y es así que se empezaron a construir casas de hospitalidad, y para 1936 ya se habían construido 33 casas en todo el país debido a la Gran Depresión, lo cual dejó a millones de personas en la total miseria.
En 1980, a los 83 años, Dorothy Day falleció, luego de una vida llena de pobreza voluntaria. El periódico "The Catholic Worker" continúa en circulación y sigue costado el mismo precio que cuando recién fue lanzado: 1 centavo de dólar.