Juan Pablo II y el SIDA

Síntesis del pensamiento del Papa Juan Pablo II acerca del SIDA y los agentes implicados

1. Naturaleza

El VIH-SIDA no daña solamente al cuerpo sino a toda la persona, sus relaciones interpersonales y su vida social. La Inmuno-deficiencia del VIH-SIDA también se da simultáneamente en el plano de los valores existenciales. Es una verdadera patología del Espíritu . Es un azote. Lleva consigo una crisis de valores morales.

2. Prevención

Hay que tener en cuenta el carácter sagrado de la vida humana; por tanto no es lícito ni el aborto ni la eutanasia dentro de las providencias que hay que tomar frente al VIH-SIDA. Para la prevención se necesita la información adecuada y debida de los valores morales y no se permite cualquier cosa que viole el valor de la sexualidad. La Prevención debe realizarse respetando la dignidad del hombre y su destino trascendente, excluyendo campañas que conlleven modelos de comportamiento que favorezcan la extensión del mal. Se trataría de informaciones que más que ayudar perjudicarían. Hay que informar y educar sin prejuicio de la ética. Hay que iluminar a los jóvenes sobre los valores que están en juego. El mejor remedio frente al VIH-SIDA, que se transmita por relaciones sexuales ilícitas, es la fidelidad matrimonial y la castidad. Para prevenir el VIH-SIDA hay que educar a los jóvenes y adultos de manera que puedan reencontrar la madurez afectiva y la sexualidad ordenada.

3. Comportamiento del enfermo

El enfermo de VIH-SIDA debe ser consciente de que Dios lo ama a él y a todos los demás enfermos, a todo lo que se relaciona con ellos, a sus familiares. Algunos comportamientos deliberados contribuyen a la difusión del VIH-SIDA. Se recomienda siempre el recto comportamiento sexual, el amor humano en el matrimonio en fidelidad y castidad, el libertinaje aumenta el peligro de contagio del VIH-SIDA. Los padres de familia deben evitar la enfermedad y su transmisión vertical. El Papa exhorta a los enfermos de VIH-SIDA a que ofrezcan sus sufrimientos por la difusión de la Verdad y el Amor de Cristo. A que ofrezcan sus sufrimientos por quienes están en riesgo de contraer la enfermedad.

4. Comportamiento de quien asiste al enfermo

Los agentes de pastoral de la salud que trabajan con los enfermos de VIH-SIDA deben mostrar el amor y la compasión de Cristo y de su Iglesia para con ellos; los agentes de la salud tienen una obligación moral y una responsabilidad social ante los enfermos del VIH-SIDA, tienen que mostrarse como el Buen Samaritano. El enfermo de VIH-SIDA debe ser tratado como Cristo mismo, Cf. Mt. 25, 31-46 . El enfermo de VIH-SIDA debe ser objeto de asistencia y de todo respeto. Se debe mostrar el amor misericordioso de Dios para con los huérfanos de padres que murieron por el VIH-SIDA. Debemos superar la barrera de la enfermedad y de la culpa moral en la atención a los enfermos del VIH-SIDA. Debemos permanecer cerca de los enfermos. Los agentes de pastoral de la salud deben ofrecer a los enfermos de VIH-SIDA toda clase de alivio moral y espiritual.

5. Autoridades civiles

Las autoridades competentes deben de actuar para tratar de resolver el problema de los enfermos del VIH-SIDA. No deben de implementar campañas de prevención contra el VIH-SIDA que incluyan modelos de comportamiento que favorezcan la expansión del mal; o también dar cierta clase de información que perjudique más que beneficie, respecto a contraer el mal del VIH-SIDA. Exhorta el Papa a que vengan de otros países a ayudar a África en el problema del VIH-SIDA, evitando, sin embargo, cualquier tipo de Colonialismo. Pide a los políticos que hagan todo el esfuerzo posible para poner fin a este flagelo del VIH-SIDA. Debe haber una solidaridad de los gobernantes con los enfermos de VIH-SIDA .

6. Científicos

Debe haber una solidaridad de los científicos que se esfuerzan por combatir el flagelo del VIH-SIDA. Augura el Papa que pronto se encuentren medicinas eficaces para debelar la enfermedad del VIH-SIDA, que se lleven a cabo investigaciones eficaces. El Papa exhorta a que se unan los esfuerzos científicos en la investigación de la cura del VIH-SIDA y no haya entre los científicos rivalidades estériles en el propio trabajo. Augura el Papa que pronto se llegue a encontrar la cura del VIH-SIDA gracias a estas investigaciones. Exhorta el Papa a que sigan adelante las investigaciones para encontrar la cura del VIH-SIDA. Así mismo pide a los hombres de ciencia, aunar sus esfuerzos para poner fin al flagelo del VIH-SIDA.


Síntesis elaborada por Mons. Javier Lozano Barragán
Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud