Nació en el reino de Anglia oriental. Como obispo de Ramsbury asistió a la gran batalla de Brunanburh, en la que el rey Athelstan derrotó a los daneses, a los escoceses y a los habitantes de Nortumbría. Poco después, pasó a ocupar la sede de Canterbury. Su gobierno episcopal fue muy activo, en lo eclesiástico y en lo civil; transformó su país natal en diócesis independiente y apoyo las reformas de San Dunstano en Glastonbury.
Tomó el hábito religioso en Fleury-sur-Loire.
El pueblo cristiano le conocía con el nombre de "Odón el bueno". Entre los milagros que se le atribuyen, se cuenta que demostró en forma sensible la presencia real de Cristo en la Eucaristía a algunos miembros del clero. El santo murió en el año de 959. Su vida se había extendido durante el reinado de seis monarcas. Su nombre aparece en algunos calendarios antiguos de la diócesis de Canterbury.