Se ha discutido mucho si el origen de la conmemoración de la "Cátedra de San Pedro" proviene de la veneración que se tributaba en la Iglesia primitiva a la cátedra material en la que se sentaba el Apóstol o si, desde el principio se trataba de un glorificación del oficio pontificial conferido a San Pedro y a sus sucesores por la consagración. Así pues es absolutamente cierto que a mediados del siglo IV, pocos años después de la muerte del Emperador Constantino, la Iglesia de Roma celebraba una fiesta relacionada con la consagración y el oficio pastoral del San Pedro.

Uno de los elementos más importantes de la cuestión es el hecho de que lo paganos celebraban el 22 de febrero la conmemoración de los difuntos y por lo cual, "no se celebraban matrimonios y los templos permanecían cerrados".