1 de octubre
SANTA TERESA DEL NIÑO JESUS, Virgen
La extensión del culto a Santa Teresa del Niño Jesús, joven carmelita, es uno de los fenómenos más impresionantes y significativos de la vida religiosa de nuestros días. La santa murió en 1897 y, poco después, era ya conocida en todo el mundo. Su camino de sencillez y perfección en las pequeñas cosas de la vida cotidiana, se ha convertido en el ideal de muchos cristianos. Su biografía, escrita por orden de sus superiores, es un libro famoso y los milagros y gracias que se atribuyen a su intercesión son incontables.
Pío XI la beatificó en 1923 y la canonizó en 1925. Extendió su fiesta a toda la Iglesia de occidente. En 1927, Santa Teresa del Niño Jesús fue nombrada, junto con san Francisco Javier, patrona de todas las misiones extranjeras y de todas las obras católicas en Rusia.
La Santa se había entregado con entera decisión y conciencia a la tarea de ser santa. Sin perder el ánimo, ante la aparente imposibilidad de alcanzar las cumbres más elevadas del olvido de sí misma, solía repetirse: "Dios no inspira deseos imposibles. No tengo que hacerme más de lo que soy, sino aceptarme tal como soy, con todas mis imperfecciones".