18 de enero
SAN LEOBARDO, recluso
Nació en Auvernia. Se entregó al estudio y consagraba su tiempo libre a estudiar algunos salmos de David. Se preparaba así al servicio de Dios con la práctica de la oración.
Luego de la muerte de sus padres y de traspasar sus compromisos matrimoniales a su hermano menor, Leobardo marchó a la tumba de San Martín, donde después de haber orado prolongadamente, se fue a encerrar cerca de la abadía de Marmouituer y se instaló en una celda.
Se dedicó a fabricar pergaminos para escribir los pasajes de la Biblia y de los salmos que se les escapaban de la memoria. Ante algunas dificultades que tuvo con otro morador, el santo encontró en los libros dejados por Gregorio de Tours, todos los medios necesarios que lo conducían a su salvación y a la santificación de los demás, pues Dios le concedió el don de los milagros, a favor de quienes venía a visitarlo. Murió en el año 593.