Ian y Brittani McIntire viven un momento muy difícil tras enterarse que uno de los mellizos que esperan podría morir al nacer por graves dolencias en el corazón y el cerebro. Sin embargo, un ultrasonido (ecografía) los ha llenado de esperanza pues se les ve aparentemente de la mano.
Mason, como han llamado al bebé por nacer, tiene un agujero en el corazón y una deficiencia severa en el cerebro lo que podría causarle la muerte. La familia ahora se aferra a la fe pidiéndole a Dios que pueda sobrevivir.
Ian y Brittani ya tenían dos hijas y no pensaban tener más niños. Su embarazo, explican, fue una sorpresa.