Norma Quezada y Aurora Toledo, madres de las jóvenes sobrevivientes de un accidente de globo aerostático en Perú agradecieron a Dios y las oraciones de muchos tras el difícil rescate que les devolvió a sus hijas con vida.
En declaraciones a la prensa local, Quezada, madre de la joven Francesca Maldonado, de 17 años, aseguró que "mi hija está viva y eso es todo lo que importa. Nunca había sufrido momentos más angustiantes. No se lo deseo a nadie".
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El 28 de abril, un globo aerostático se precipitó al mar en el distrito de Mala, a cerca de 90 kilómetros al sur de Lima. El 29 de abril los rescatistas lograron rescatar a cinco mujeres.
El cuerpo del piloto fue encontrado flotando en una playa cercana esta mañana. El séptimo pasajero del globo aún permanece desaparecido.
Aurora Toledo, madre de Melissa y Lizeth Contreras aseguró que durante los momentos de angustia por los que pasó, "nunca perdimos la fe y la esperanza en Dios. Agradezco la oración de tantos amigos dentro y fuera del Perú".
"Con mi Teresa de Calcuta y mi Rosario nunca dejamos de pedir a Dios por mis hijas", aseguró.
Toledo agradeció a los rescatistas, especialmente a los miembros de la Marina de Guerra del Perú, y resaltó la fortaleza de sus hijas, que resistieron nueve horas en el mar, a pesar de la hipotermia.
La madre de las sobrevivientes agradeció todas las muestras de apoyo recibidas, entre ellas, destacó, la de un hombre que le ofreció prestarle un avión todo el tiempo que fuera necesario para encontrar a sus hijas.
La piloto del helicóptero de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) que logró divisar a las sobrevivientes, Julissa Laguna, aseguró que encontrarlas con vida "fue un milagro".
"El cielo estaba cubierto y temíamos que ya fueran cadáveres. De pronto, mi compañero de cabina vio movimiento en el medio del mar y en una maniobra casi temeraria localizamos a estas mujeres. Fue el momento más emocionante de mi vida", aseguró a la prensa, visiblemente emocionada.
El técnico FAP Carbajal, a cargo del operativo de rescate, señaló que "la ubicación fue solo con vista humana, no utilizamos radar ni ningún tipo de aparato electrónico".
"El entrenamiento y ayuda de Dios hizo que saliéramos victoriosos", reconoció el efectivo.