La Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano halló culpable de conductas abusivas cometidas hace más de 20 años al sacerdote Cristián Precht Bañados, quien ha sido suspendido de todas sus funciones por un lapso de 5 años por parte del Arzobispado de Santiago de Chile.

Así lo indicó ayer por la tarde el Vicario General de Santiago, Mons. Cristián Contreras Villarroel, quien emitió una declaración a nombre del Arzobispo Ricardo Ezzati, que se encuentra en Roma por estos días.

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El resultado del proceso penal llevado en el Vaticano establece "la comprobación de las mencionadas conductas abusivas y la conformidad con la petición de derogar la prescripción, en atención a la gravedad de los hechos denunciados".

El P. Precht es un conocido sacerdote que defendió los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet. Fue uno de los fundadores de la Vicaría de la Solidaridad, una institución creada para asistir a las víctimas del régimen. Fue también uno de los fundadores de la Vicaría de la Esperanza Joven en 1991, para alentar la pastoral juvenil.

Ante la comprobación de las acusaciones contra el sacerdote que recibió denuncias sobre abusos sexuales desde el año 2011, el Arzobispo Ezzati decidió emitir un decreto estableciendo para el P. Precht "la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal por un período de cinco años".

Esta facultad, indica la declaración, puede ser ampliada por el Obispo. El sacerdote también está prohibido "de administrar el sacramento de la confesión y la dirección espiritual a jóvenes y menores de edad".

Se informó además que el sacerdote fijará su residencia de común acuerdo con las autoridades eclesiásticas, si desea salir del país deberá pedir permiso y "llevará una vida de oración y penitencia". En caso de no observar cualquiera de estas indicaciones podría recibir una sanción mayor.

El sacerdote tiene ahora 60 días hábiles para apelar la decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de acuerdo a lo establecido por la legislación canónica.

"Quiero transmitir a la comunidad eclesial el intenso dolor que ésta y otras situaciones que involucran a sacerdotes ha causado a las víctimas, a la Iglesia, a nuestro Arzobispo y a sus colaboradores. Hemos querido actuar con prontitud acogiendo en derecho y en justicia los relatos de las demandas de las personas denunciantes", afirma Mons. Contreras en su declaración.

"La Iglesia debe ser la casa y escuela de la comunión, de la fraternidad, del apoyo mutuo desde nuestra común fe en Jesucristo. Queremos renovar nuestro compromiso institucional para actuar con diligencia, eficacia y, sobre todo, con imperativo evangélico y procurar ambientes seguros para todas las personas", concluyó.

Para leer la declaración completa ingrese a: http://noticias.iglesia.cl/noticia.php?id=19551