El presidente de la Comisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU), Mons. Jaime Fuentes, afirmó que el país se encuentra "en medio de una tormenta ideológica" y que el gobierno dio "cuatro pasos hacia el abismo" con la legalización del aborto, la comercialización y cultivo de la marihuana, el matrimonio igualitario y la fecundación artificial.
"Si hasta hace dos años estábamos al borde del precipicio en cuanto sociedad, ahora se han dado cuatro decididos pasos hacia adelante… en este tiempo se aprobó el aborto, se equipararon las uniones homosexuales con el matrimonio, se legalizó la fecundación artificial y ahora la marihuana", afirmó el también Obispo de Minas, en una nota publicada por la agencia AICA.
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Recordó que Uruguay fue el primer país de América en legalizar el divorcio en 1907, por lo que actualmente la familia "está deshecha".
El Prelado señaló que estos hechos son producto de la falta de trascendencia. "Este sustrato ideológico individualista de las leyes mencionadas afecta profundamente a la educación de nuestros niños y jóvenes. Se les está diciendo que lo más importante es que cada uno sea feliz a su manera, que la verdad del hombre, en definitiva, es lo que cada uno elige", advirtió.
"Si se tiene en cuenta que el 80 por ciento de la población uruguaya se educa en la escuela pública, donde no sólo no se imparte ninguna noción religiosa sino que, aunque parezca increíble, está prohibido hablar de Dios, concluiremos en que es necesario un esfuerzo de largo aliento para superar este estado de cosas", afirmó.
El Obispo de Minas también criticó los argumentos del presidente José Mujica para legalizar el cultivo y venta de marihuana -ley aprobada pese al rechazo del 62 por ciento de la población y de la oposición-, según el cual, la norma serviría para combatir el narcotráfico ante la falta de resultados de la lucha a nivel policial y militar.
"A mi modo de ver, ese es un planteamiento por lo menos pelagiano, como si el pecado original no existiera, como si no tuviéramos pruebas más que suficientes, en todo el mundo y a lo largo de la historia, de que el Estado está compuesto por hombres y que los hombres pecamos", advirtió el Prelado.
"Por lo demás –añadió-, también puede llegar a ser un gran negocio cultivar privadamente las plantas de cannabis y después venderlas, ya que la ley permite un determinado número de plantas. ¿Quién va a controlar si tengo cuatro o diez plantas en el fondo de mi casa y si las tengo para consumo propio o para venderla a los turistas? En fin, hay otros argumentos que están diciendo a gritos que la ley de la marihuana traerá daños muy serios", afirmó.
Mons. Fuentes también recordó la reunión que Mujica mantuvo en Nueva York con el magnate George Soros. "Este señor, conocido financista internacional, dijo que él estaba financiando el 'experimento' uruguayo de legalización de la marihuana… El presidente Mujica dijo entonces que si el 'experimento' salía mal, entonces siempre se podría volver atrás. Cuando lo escuché, enseguida me vino a la mente la película 'El aprendiz de brujo'… Y algo que es más grave: ¿se puede `experimentar` con una sociedad, como si estuviera formada por cobayos? Hay en todo esto una concepción materialista del hombre, muy alejada del sentido no solamente cristiano, sino del sentido común", expresó.
Mons. Fuentes recordó que durante el debate que se dio en la sociedad uruguaya, muchos médicos uruguayos y extranjeros explicaron "claramente que la marihuana no solamente daña la salud alterando el funcionamiento cerebral y, por consiguiente, el rendimiento intelectual y físico, sino que lleva al deseo de consumir drogas más fuertes. Creo que no es difícil imaginar las consecuencias que esto traerá, sobre todo, para la gente joven".
Ante esta realidad, el Prelado dijo que es necesario "volver a las raíces". Indicó que la sociedad uruguaya está "lejos" de lo que la Constitución señala en su artículo 40. "La familia es la base de nuestra sociedad. El Estado velará por su estabilidad moral y material, para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad", expresa el texto.
Uruguay hoy, indicó, "no es nada distinta de aquella en la que tuvieron que vivir los primeros cristianos" y que sin embargo "con su coherencia, con su ejemplo y con su explicación ganaron".
"Tenemos por delante un trabajo fantástico de formación, para hacer ver la belleza del matrimonio y de la familia, tal como Dios la quiso para la felicidad de las mujeres y los hombres de todos los tiempos. Estamos en el ojo de una tormenta ideológica que pasará, como tantas otras. Pero hay que trabajar y rezar, rezar mucho y trabajar mucho", señaló.