Ante la confusión por las versiones periodísticas sobre la supuesta autorización del Papa Francisco a la comunión de los divorciados en nueva unión, un juez experto en temas matrimoniales del Vicariato de Roma recordó que una llamada telefónica del Papa no puede cambiar la doctrina de la Iglesia.
El Padre Héctor Franceschi, juez del tribunal de primera instancia para los casos de nulidad matrimonial del Vicariato de Roma y experto en Derecho Canónico Matrimonial de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, señaló hoy a CNA –agencia del grupo ACI– que es simplemente "imposible que el Papa Francisco haya cambiado la doctrina sobre la indisolubilidad del matrimonio" a través de una llamada telefónica.
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El sacerdote se refiere a la noticia de la mujer argentina que habría recibido una llamada del Papa Francisco el Lunes de Pascua en la que le habría dado "permiso" para recibir la Comunión pese a estar casada con un hombre divorciado, una historia que se ha hecho cada vez más compleja y dudosa en cuanto a los detalles.
El P. Franceschi indicó a CNA que le ha sorprendido "el número de noticias sobre el hecho, lo que es claramente expresión de una agenda para cambiar la doctrina sobre la indisolubilidad del matrimonio en vistas al próximo Sínodo de los Obispos (sobre la familia) y para presionar a la Iglesia para cambiar su praxis".
El sacerdote recordó además que "en un discurso ante la Rota Romana -el tribunal que analiza los casos de nulidad matrimonial en el Vaticano- el Papa Juan Pablo II señaló que la doctrina sobre la indisolubilidad del matrimonio es definitiva y ni siquiera el mismo Papa puede cambiar esta doctrina".
Refirió asimismo que "no se ha informado adecuadamente sobre cómo la mujer le describió al Papa Francisco su peculiar condición y cómo exactamente el Papa Francisco le contestó".
El experto dijo además que "un pastor puede manejar con discreción casos peculiares, pero incluso así no puede ir más allá de la doctrina".
Entre los casos particulares, el sacerdote explicó a CNA el de una pareja estable con hijos, que no podían acceder a la comunión ya que uno de los dos es divorciado. Cuando se convirtieron y quisieron recibir el sacramento, decidieron vivir como hermanos, mientras que la Corte de Derecho Canónico decidía si el primer matrimonio podía considerarse nulo.
"De cualquier modo es más que evidente que un divorciado en nueva unión no está excomulgado y tampoco está apartado de la vida de la Iglesia", indicó el P. Franceschi.
La llamada telefónica del Papa tiene que ver con "la atención pastoral, no con un cambio de doctrina. Es una forma revertir la idea de que un pecador no puede ir a Misa. Además el documento Familiaris Consortio de Juan Pablo II pedía a todos los que viven en situaciones irregulares que vayan a Misa, y que pidieran ayuda y rogaran a Dios por su misericordia".
"De hecho el Papa Francisco no ha hecho ninguna declaración oficial como Romano Pontífice. En mi opinión, el Papa Francisco no se referirá oficialmente a este asunto hasta el Sínodo de los obispos y esa declaración oficial estará de acuerdo a la doctrina de la Iglesia".
El Papa Francisco ha pedido "coraje pastoral" en los casos de los divorciados en nueva unión, pero el coraje "no significa cambiar la doctrina de la Iglesia, ya que hay muchos casos de divorciados vueltos a casar que no pueden variar la indisolubilidad del matrimonio".
"El coraje –concluye el experto– implica enfrentar el problema del dolor de los divorciados vueltos a casar apoyándolos y ayudándolos a poner en práctica lo que se ha dicho muchas veces en los últimos años. Es decir, no excluirlos de la vida de la Iglesia y no sorprenderse porque un divorciado vuelto a casar sigue yendo a Misa".