El Obispo de El Paso en el estado de Texas (Estados Unidos), Mons. Mark J. Seitz, recordó que Dios envió a su Hijo al mundo para "enfrentar el mal diabólico", como el del tiroteo ocurrido el 3 de agosto en una tienda de Walmart, que dejó 22 fallecidos y 24 heridos.
"Fue precisamente para enfrentar este mal diabólico que Dios envió a su Hijo al mundo. Fue para entrar en medio de esto y experimentar toda su fuerza que el inocente, Jesús, experimentó su pasión y su cruz. Justo cuando parecía que el mal había ganado el día que Cristo salió victorioso. Esta es mi esperanza para todos los que han sufrido esta violencia hoy y para nuestra comunidad", indicó el Prelado en una declaración publicada este lunes 5 de agosto en español en la cuenta de Twitter de la Diócesis de El Paso.
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El sábado 3 de agosto, un hombre identificado como Patrick Crusius ingresó a una tienda de Walmart en El Paso y disparó contra quienes estaban allí, dejando numerosas víctimas entre las cuales había varios mexicanos.
Según señala BBC Mundo, el joven de 21 años se entregó a las autoridades y dijo que su objetivo era "matar tantos mexicanos" como le fuera posible, algo que se desprende del manifiesto que apareció en la controvertida plataforma 8chan, cuyo sitio web fue suspendido tras el tiroteo.
"Ahora tenemos un manifiesto de este individuo que indica en cierto grado una conexión con un posible crimen de odio", dijo el jefe de policía de El Paso, Greg Allen.
El "manifiesto" comienza con una declaración de simpatía hacia el autor de los tiroteos en las mezquitas de Nueva Zelanda, donde 51 personas murieron en marzo.
El acusado del tiroteo en Texas también dijo que el ataque fue una respuesta a lo que llama una "invasión hispana de Texas".
Por su parte, el fiscal de distrito Jaime Esparza indicó que la policía tratará el caso como "terrorismo doméstico" y buscarán la pena de muerte para Crusius.
Mons. Seitz expresó que "después de este trágico día en El Paso, mi corazón se llena de tristeza por todas las víctimas y sus familias. El sábado comenzó como cualquier otro. La gente hacía sus actividades diarias. Algunos eligieron pasar por el Walmart local para recoger algunas cosas. Y luego el odio y la locura malvada desataron su agresión sin sentido".
Como sacerdote, continuó el Prelado, "estoy llamado a estar presente para todos los que sufrieron este ataque y a sus familias. Necesito hacerlo con un sentido de compostura".
"Pero cuando visité a las víctimas y a sus seres queridos mi corazón se quebraba dentro de mí. Sus preguntas también son las mías. ¿Por qué los niños inocentes? ¿Por qué las madres con bebés en brazos? ¿Por qué un ser humano debería ser sometido a tanta violencia?".
El Obispo de El Paso lamentó que una vez más se vea en Estados Unidos "el rostro del mal. Vemos los efectos de una mente poseída por el odio. Vemos los efectos de la convicción pecaminosa e insípida de que algunos de nosotros somos mejores que otros debido a la raza, la religión, el idioma o la nacionalidad".
"En los últimos meses, las tierras fronterizas han demostrado al mundo que la generosidad, la compasión y la dignidad humana son más poderosas que las fuerzas de la división. La gran enfermedad de nuestro tiempo es que hemos olvidado cómo ser compasivos, generosos y humanitarios", señaló.
Mons. Seitz dijo que lamentablemente ahora "todo es una competencia. Todo es codicia. Todo es frío. La ternura y el amor que no conoce fronteras son crucificados en un torbellino de auto búsqueda mortal, miedo y venganza".
"El Cristo que sufrió está entre nosotros. Es nuestro compañero. Confiamos en que levantará a los caídos, traerá sanación a las víctimas y consolará nuestra comunidad rota. Nuestra comunidad de El Paso se elevará por encima de este terrible día", expresó.
Para concluir, el Obispo de El Paso afirmó: "hoy lloremos a los fallecidos y oramos por ellos. Mañana volvamos a comprometernos con el amor. Y preparémonos todos para una acción justa que supere las fuerzas de división y construya una sociedad más amorosa".
El tiroteo ocurrió pocos días después de que Mons. Seitz inició una campaña para recaudar fondos de ayuda para los inmigrantes que buscan asilo en Estados Unidos y que están varados en México.
La campaña lanzada a través de la plataforma GoFundMe el 29 de julio ha reunido hasta ahora casi 15 mil dólares.