Una de las devociones más populares —y más hermosas— es la dedicada al Divino Niño Jesús, que contempla a Jesucristo durante el tiempo en que vivió bajo la protección especial de su padre adoptivo, San José, y de su madre, la Santísima Virgen María, mientras iba progresando "en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres" (ver Lc 2,56).

La devoción al Divino Niño se sostiene en la cristología, tratado teológico que se ocupa de Jesús, el Verbo encarnado. En Cristo, persona única e indivisible, hay dos naturalezas: humana y divina. Y dado que fue "en todo igual que nosotros, excepto en el pecado" (Hb 4,15), sabemos que fue un niño en plenitud.

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Por ello, la figura de Jesús Niño evoca a cada pequeño y la grandeza de toda infancia: "Yo os aseguro —dice el Señor—: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos” (Mt 18,3).

El Divino Niño

La devoción a la infancia de Cristo fue difundida por grandes santos como San Cayetano y San Antonio de Padua. Al santo portugués se le apareció el Divino Niño, al que acogió tiernamente entre sus brazos. Justamente por eso, Antonio suele ser representado llevando a Jesús en su regazo.

Por su parte, Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz difundieron esta devoción entre los carmelitas.

Como fruto palpable de este impulso espiritual están las numerosas formas en las que el Divino Niño está presente en la vida del pueblo de Dios: el Niño Jesús de Praga en República Checa, el Santo Niño de Atocha en México, el Divino Niño de Arenzano en Italia, o el Milagroso Niño Jesús de Bogotá en Colombia, entre algunos de los más conocidos.

El Niño de Jesús de Bogotá, ¿se celebra 20 de julio?

En el caso de la devoción que nació en Colombia —y que tiene miles de devotos en diversos países—, ha sido muy importante la participación del sacerdote salesiano Juan del Rizzo.

Para 1935, el P. Juan del Rizzo había asumido la difusión de la devoción al Niño Jesús de Praga, principalmente en Bogotá, la capital del país. Lamentablemente, el sacerdote italiano encontró cierta reticencia a su ministerio por parte de algunos devotos que alegaban un uso indebido del locativo "de Praga".

Mientras buscaba una solución al problema, el P. Del Rizzo encontró en un taller de arte religioso una imagen del Niño Jesús, parado sobre una nube, con los brazos extendidos —evocando la posición del Crucificado—, y vestido con una túnica rosada. El sacerdote adquirió la escultura y la llevó a los campos de la obra juvenil salesiana en el barrio "Veinte de Julio" de Bogotá, donde años más tarde se construiría el Santuario Divino Niño Jesús.

Así, los fieles empezaron a acercarse y venerar la imagen con el nombre de "el Divino Niño Jesús". Desde entonces, son muchos los que se han convertido gracias a esta devoción, y son también miles los que agradecen favores, gracias y milagros concedidos.

El primer domingo de septiembre

De acuerdo al Calendario Litúrgico de la Iglesia Católica, la fiesta del Divino Niño debe celebrarse el primer domingo del mes de septiembre, al concluir la tradicional novena que los fieles rezan los primeros domingos de cada mes, de enero a septiembre.

Sin embargo, la costumbre popular ha establecido una curiosa conexión entre el día 20 de julio, fecha en que Colombia celebra el “Grito de la Independencia”, y la devoción al Divino Niño, cuyo centro votivo ha sido tradicionalmente su santuario en el barrio “Veinte de Julio” de Bogotá.

Si bien es cierto que muchos —particularmente colombianos— recuerdan a su Santo Patrono en esa fecha cívica, el día consagrado oficialmente a la devoción del Divino Niño es el primer domingo de septiembre.

Esta noticia fue publicada originalmente el 20 de julio de 2023. Ha sido actualizada para su republicación.