El portavoz del Vaticano, el Padre Federico Lombardi, ha asegurado que la renuncia de Benedicto XVI fue "un gran acto de gobierno" en el que Benedicto XVI mostró "mucha valentía" al tomar una "decisión libre" que incide en la situación y en la historia de la Iglesia.
Así lo ha indicado el Padre Lombardi en una entrevista concedida a Radio Vaticana recogida por Europa Press, cuando este martes se cumple un año del anuncio de la renuncia de Benedicto XVI.
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El Padre Lombardi ha definido la vida de retiro de Benedicto XVI como un gesto "discreto" y sin "dimensión pública", pero ha matizado que esto no significa que viva de manera "aislada", encerrado en "total clausura".
El Obispo Emérito de Roma lleva una vida de "religioso anciano" en la que sus actividades cotidianas son "la oración, la reflexión, y la lectura" así como "responder" a las cartas que recibe y reunirse "con placer" con las personas más cercanas, según ha señalado.
Además, ha afirmado que la relación entre Benedicto XVI y el Papa Francisco es de "solidaridad" y que la inusual imagen de ambos rezando juntos es un "gesto muy agradable y alentador" que muestra "la continuidad del ministerio de Pedro en el servicio de la Iglesia".
El Padre Lombardi considera que Benedicto XVI es "el anciano sabio y santo" que ayuda a la Iglesia a continuar hacia adelante en el camino "con confianza y esperanza".
Además, ha apuntado que Benedicto XVI "rezaba, reflexionaba y valoraba" la posibilidad de la renuncia y que quienes estaban a su lado "ya lo sabían" y recuerda que lo dijo "explícitamente" en una conversación con Peter Seewald.
Preguntado por el año en que han convivido "dos Papas" en el Vaticano, el Padre Lombardi afirma que el papado es "un servicio" y no "un poder" y que por eso no ha habido "ningún problema".
En este sentido, señala que hay una "solidaridad espiritual profunda" entre la persona que ha cumplido su deber ante Dios y que con "plena conciencia" pasa el testigo a otra que está al frente de la Iglesia con "un comportamiento de servicio".
El Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede resalta que Benedicto XVI siempre ha sido "un hombre de oración" que manifestaba con "gestos sencillos" la importancia del rezo, en particular en la vida de quien "cumplía una responsabilidad en el servicio al Señor".
Asimismo, subraya que el Obispo Emérito de Roma siempre quiso dedicar a la oración un "espacio mayor", y vivir esta dimensión con "totalidad y profundidad" y que "ahora es su momento".