"¿Cómo va el primer amor?", les preguntó esta mañana el Papa Francisco a los sacerdotes durante la Misa en la Casa Santa Marta, al recordarles que Jesús es su primer amor y la base para que siempre sean pastores y no se conviertan en empleados de una "ONG que se llama Iglesia".
"Esta es la pregunta que me hago a mí, a mis hermanos obispos y a los sacerdotes. ¿Cómo va el amor de hoy?, el de Jesús, ¿no? ¿Es como el primero? ¿Estoy enamorado como el primer día? ¿O el trabajo, las preocupaciones un poco me hacen mirar otras cosas, y olvidar un poco el amor? Pero los cónyuges pelean, pelean. Y eso es normal. Pero cuando no hay amor, no se pelea: se rompe", expresó el Santo Padre.
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Según informó Radio Vaticana, el Papa señaló que estas son preguntas que hay que hacerse con frecuencia, tanto los esposos y esposas como los sacerdotes y obispos ante Jesús, porque es Él "quien nos lo pregunta como un día hizo con Pedro: 'Simón, hijo de Juan, ¿me amas?'. "Jamás olvidar el primer amor. Jamás", reafirmó.
En su homilía, Francisco también exhortó a los sacerdotes a no olvidar que antes de querer convertirse en "un intelectual de la filosofía, de la teología o de la patrología debe ser un 'pastor', tal como Jesús le pidió a Pedro cuando le dijo: 'Apacienta mis ovejas'. Y añadió: 'El resto, viene después'".
"Apacienta. Con la teología, con la filosofía, con la petrología, con lo que estudias, pero apacienta. Se pastor. Porque el Señor nos ha llamado para esto. Y las manos del obispo sobre nuestra cabeza son para ser pastores. Es una segunda pregunta, ¿no? La primera es: '¿Cómo va el primer amor?'. La segunda es ésta: '¿Soy pastor, o soy un empleado de esta ONG que se llama Iglesia?'. Hay una diferencia. ¿Soy pastor? Una pregunta que yo debo hacerme, que los obispos se deben hacer, y también los sacerdotes: todos. Apacienta. Pastorea. Ve adelante", expresó.
Asimismo, advirtió que para el pastor consagrado a Jesús no hay gloria ni majestad. "No, hermano. Terminará del modo más común, incluso más humillante, tantas veces: en un lecho, que te dan de comer, que te deben vestir… Pero inútil, allí, enfermo", pues el destino es "terminar como terminó Él". El amor que muere "como la semilla de grano y después vendrá el fruto. Pero yo no lo veré", añadió.
Finalmente, Francisco recordó que la palabra más fuerte con la cual Jesús concluyó su diálogo con Pedro es "sígueme".
"Si nosotros hemos perdido la orientación o no sabemos cómo responder sobre el amor, no sabemos cómo responder sobre este ser pastores, no sabemos cómo responder o no tenemos la certeza de que el Señor no nos dejará solos, incluso en los momentos perores de la vida, en la enfermedad, Él dice: 'Sígueme. Es ésta nuestra certidumbre. Sobre las huellas de Jesús. En ese camino. 'Sígueme", afirmó.
Por ello, Francisco pidió al Señor dar "la gracia de encontrar siempre o de recordar el primer amor, de ser pastores, de no tener vergüenza de terminar humillados en un lecho o incluso con la cabeza perdida. Y que siempre nos de la gracia de ir tras Jesús, sobre las huellas de Jesús: la gracia de seguirlo".