Al participar en el Congreso "La Mariología desde el Concilio Vaticano II", celebrado en Roma, el Secretario de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, recordó que toda familia, como iglesia doméstica, necesita de un padre y una madre.
Mons. Ferrer, natural de Toledo (España), fue profesor de liturgia por 20 años. Desde el año 2009 trabaja en la Santa Sede y además, forma parte de la Sociedad Mariológica Española, a la que sirve como experto liturgista.
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En entrevista con ACI Prensa, el funcionario vaticano recordó que dentro de la familia que forma la Iglesia, "Dios es nuestro Padre, Jesucristo es nuestro hermano mayor, el Espíritu Santo es el alma de nuestra vida, y la Virgen María refleja el ser maternal de Dios, y manifiesta como en el hombre y la mujer, en Cristo y en ella, está presente la imagen y semejanza de Dios".
De la misma manera, en cada familia, iglesia doméstica, "siempre tiene que haber un padre y una madre", indicó.
Mons. Ferrer puso su especial acento en que María para un católico y para un cristiano "es algo esencial en el designio de Dios y en la vida de los cristianos".
"De hecho nuestros hermanos protestantes están ahora recuperando este sentir y protagonismo de la Virgen María en su vida de cristianos", mientras que "los ortodoxos nunca lo perdieron tampoco, porque el papel de la Virgen María en nuestra vida es el papel que Dios ha querido", dijo.
El funcionario vaticano, habló el 6 de septiembre en la Pontificia Universidad Antonianum ante más de 300 participantes sobre "Las implicaciones prácticas y pastorales de la mariología postconciliar".
Al explicar la renovación teológica que ha tenido lugar a los largo de estos años en la Mariología desde el Concilio Vaticano II, resaltó aquellos entes donde se han recogido cambios:
"Primero en la teología, luego en la catequesis, en la predicación, en la manera de celebrar las fiestas y las devociones de la Virgen, luego, su reflejo en la liturgia y en la Misa de cada día, y en las Misas de las Fiestas de la Virgen María".
Finalmente, y a la luz de las enseñanzas impartidas por el Concilio Vaticano, Mons. Ferrer indicó que Dios eligió a María "para ser la madre de Cristo nuestro salvador".
"Cristo en la cruz nos la entrega en la persona de Juan como Madre, y por lo tanto es Dios el que está ya decidiendo un poco el papel que tiene la Virgen en nuestra vida".
La Virgen, dijo el teólogo, "para nada eclipsa a Jesús, para nada eclipsa a Dios, y siempre está llevándonos a Jesús, siempre está llevándonos a Dios, Él quiso que ella esté presente".