En su discurso esta mañana al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, en el que suele hacer a comienzos del año una revisión general del "estado del mundo", el Papa Benedicto XVI exhortó a trabajar por la paz y precisó que el olvido de Dios, en lugar de su glorificación, engendra la violencia.
Ante los diplomáticos reunidos en la Sala Regia del Palacio Apostólico en el Vaticano, el Pontífice indicó que "a veces hoy se nos hace creer que la verdad, la justicia y la paz son una utopía y que se excluyen mutuamente. Parece imposible conocer la verdad y los esfuerzos por afirmarla parece que desembocan con frecuencia en la violencia".
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"Por otra parte, y de acuerdo con una concepción muy difundida, el empeño por la paz consistiría en una búsqueda de compromisos que garanticen la convivencia entre los pueblos o entre los ciudadanos dentro de una nación. Desde el punto de vista cristiano, por el contrario, existe un vínculo íntimo entre la glorificación de Dios y la paz de los hombres sobre la tierra, de modo que la paz no es fruto de un simple esfuerzo humano sino que participa del mismo amor de Dios".
Benedicto XVI afirmó que es "precisamente este olvido de Dios, en lugar de su glorificación, lo que engendra la violencia. En efecto, ¿cómo se puede llevar a cabo un diálogo auténtico cuando ya no hay una referencia a una verdad objetiva y trascendente? En este caso, ¿cómo se puede impedir el que la violencia, explícita u oculta, no se convierta en la norma última de las relaciones humanas?"
En realidad, prosiguió el Santo Padre, "sin una apertura a la trascendencia, el hombre cae fácilmente presa del relativismo, resultándole difícil actuar de acuerdo con la justicia y trabajar por la paz. A estas manifestaciones del olvido de Dios se pueden añadir las que son debidas a la ignorancia de su verdadero rostro, que es la causa del fanatismo pernicioso de matriz religiosa, y que también en 2012 ha provocado víctimas en algunos países aquí representados".
"Como ya he afirmado, se trata de una falsificación de la religión misma, ya que ésta por el contrario busca reconciliar al hombre con Dios, iluminar y purificar las conciencias y dejar claro que todo hombre es imagen del Creador".
Así pues, agregó, "si la glorificación de Dios y la paz en la tierra están estrechamente relacionadas entre ellas, es evidente que la paz es, al mismo tiempo, don de Dios y tarea del hombre, puesto que exige su respuesta libre y consciente. Por esta razón he querido titular el Mensaje anual para la Jornada Mundial de la Paz: Bienaventurados los que trabajan por la paz. Compete ante todo a las autoridades civiles y políticas la grave responsabilidad de trabajar por la paz".
El Papa recordó luego sus viajes a México, Cuba y Líbano que "han sido una ocasión privilegiada para fortalecer el compromiso cívico de los cristianos en esos países, así como para promover la dignidad de la persona humana y los fundamentos de la paz".
Medio Oriente y África
El Papa hizo luego un llamado a la comunidad internacional para colaborar en lograr la paz en Medio Oriente, "ante todo en Siria, desgarrada por incesantes masacres y teatro de espantosos sufrimientos entre la población civil. Renuevo mi llamamiento para que se depongan las armas y prevalezca cuanto antes un diálogo constructivo que ponga fin a un conflicto que, de continuar, no conocerá vencedores sino sólo vencidos, dejando atrás solo ruinas".
Sobre Palestina y su reciente reconocimiento como Estado Observador no miembro de las Naciones Unidas, el Papa renovó su deseo "de que israelitas y palestinos, con el apoyo de la Comunidad internacional, se comprometan en una convivencia pacífica dentro del marco de dos estados soberanos, en el que se preserven y garanticen el respeto de la justicia y las aspiraciones legítimas de los dos pueblos. Jerusalén, que seas lo que tu nombre significa. Ciudad de la paz y no de la división; profecía del Reino de Dios y no mensaje de inestabilidad y oposición".
El Santo Padre también hizo un llamado para que Irak pueda llegar a la reconciliación y Líbano siga siendo un ejemplo para la región donde los cristianos "den un testimonio eficaz para la construcción de un futuro de paz con todos los hombres de buena voluntad".
El Papa alentó luego a trabajar por la paz en el Congo y recordó a los fallecidos en Nigeria tras un atentado terrorista en una iglesia en Navidad, en donde fueron asesinados decenas de católicos. "Malí está también desgarrada por la violencia y marcada por una profunda crisis institucional y social, que exige una atención eficaz por parte de la Comunidad internacional".
Educación y caridad para la paz
"Siguiendo nuestra reflexión, vale la pena subrayar que la educación es otra vía privilegiada para la construcción de la paz. Nos lo enseña, entre otras cosas, la crisis económica y financiera actual. Ésta se ha desarrollado porque se ha absolutizado con demasiada frecuencia el beneficio, en perjuicio del trabajo, y porque se ha aventurado de modo desenfrenado por el camino de la economía financiera en vez de la economía real".
El Santo Padre dijo además que "la Unión Europea necesita también de representantes clarividentes y cualificados que tomen las difíciles decisiones que se necesitan para enderezar su economía y poner las bases sólidas de su desarrollo. Es posible que algunos países puedan ir más rápido solos, pero todos, juntos, irán ciertamente más lejos".
El Papa destacó que "invertir en la educación en los países en vías de desarrollo de África, Asía y América Latina, significa ayudarles a vencer la pobreza y las enfermedades, así como a establecer sistemas de derechos equitativos y respetuosos de la dignidad humana. Es cierto que, para establecer la justicia, no basta con buenos modelos económicos, aunque sean necesarios. La justicia solamente se realiza si hay personas justas".
"Construir la paz significa, por consiguiente, educar a los individuos a combatir la corrupción, la criminalidad, la producción y el tráfico de drogas, así como a evitar divisiones y tensiones, que amenazan con debilitar la sociedad, obstaculizando el desarrollo y la convivencia pacífica", añadió.
Libertad religiosa
El Papa se refirió luego a la defensa de la libertad religiosa, amenazada por la violencia e intolerancia, llegando en algunos casos al extremo de "impedir a los creyentes, especialmente a los cristianos, contribuir al bien común a través de sus instituciones educativas y asistenciales".
"Para salvaguardar efectivamente el ejercicio de la libertad religiosa es esencial además respetar el derecho a la objeción de conciencia. Esta ‘frontera’ de la libertad toca principios de gran importancia, de carácter ético y religioso, enraizados en la dignidad misma de la persona humana".
El Papa explicó que "son como ‘los muros de carga’ de toda sociedad que desea ser verdaderamente libre y democrática. Por consiguiente, prohibir, en nombre de la libertad y el pluralismo, la objeción de conciencia individual e institucional, abriría por el contrario las puertas a la intolerancia y a la nivelación forzada".
El Papa se refirió también a la gran labor de caridad que realiza la Iglesia Católica en todo el mundo, a través de sus orfanatos, escuelas, colegios y universidades, así como en la ayuda a personas ante desastres naturales como los ocurridos en Asia, la costa oriental de Estados Unidos e Italia.
Para concluir, Benedicto XVI recordó unas palabras del Papa Pablo VI a los gobernantes al final del Concilio Vaticano II, fechadas el 8 de diciembre de 1965, cuando dijo que "a vosotros corresponde ser sobre la tierra los promotores del orden y de la paz entre los hombres. Pero no lo olvidéis: es Dios (…) el gran artesano del orden y la paz sobre la tierra".
Para leer el discurso completo ingrese a: http://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-discurso-del-papa-al-cuerpo-diplomatico-a-inicios-de-2013-67650/#.UOrxU-Q3syo