El Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, recordó que "no es posible vivir sin la Eucaristía", fuente primordial del amor para la Iglesia y el mundo entero.

Así lo indicó el Purpurado el 19 de junio en la Misa de clausura del II Congreso Eucarístico Diocesano de Oppido Mamertina-Palmi (Italia), que tuvo como tema "Hermano, para celebrar dignamente los santos misterios, ve primero a reconciliarte y luego vuelve".

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"Hemos escuchado repetidamente que no es posible vivir sin la Eucaristía. 'Sin la Eucaristía no podría vivir, no podría amar y no podría servir a los pobres', decía la Madre Teresa, mientras que el Padre Pío usaba esta imagen: 'Es más fácil para el mundo vivir sin el sol que vivir sin la Misa'", resaltó el Cardenal Parolin.

El Cardenal Parolin dijo que "no podemos permanecer indiferentes ante este sacramento extraordinario, en el que Jesús colocó su propia vida como un regalo para nosotros. ¿Cómo no aceptarlo? ¿Cómo no responder con todo el deseo de nuestro corazón?".

"Cuando nos acercamos a la Eucaristía, expresamos con nuestro gesto la voluntad de recibir el regalo de Jesús para nosotros, decimos sí a su voluntad de amar y a su sacrificio de reconciliación", indicó.

El Secretario de Estado también explicó que "la Eucaristía es, al mismo tiempo, un recurso ofrecido a la existencia del mundo. El mundo mismo se vuelve mejor si hay algunos que conocen y viven la Eucaristía. ¿Qué ingresa en las estructuras del mundo, a través de la Eucaristía, si no es una fuerza de amor, perdón y reconciliación?".

"El mundo está en pie porque hay personas que realmente aman, que cargan no solo el peso de sus vidas, sino también el peso de las vidas de otros, que renuncian a sus éxitos y honores para dejar espacio para la afirmación de los demás", destacó.

"Si eliminamos todo esto, el mundo se convierte en un infierno; y cuando el mundo se convierte en infierno, el deseo de vivir y el deseo de dar vida a otros desaparecen. Por eso el mundo necesita la Eucaristía porque evidentemente es la fuente exclusiva de amor en el mundo", explicó.

El Cardenal recordó también que la Eucaristía es la fuente de la caridad, del amor por los más pobres y vulnerables. "No podemos vivir sin la Eucaristía. El significado claramente es que no podemos vivir como cristianos, no podemos encontrar la energía de amor que necesitamos en otro lugar", reiteró.

"Ciertamente no podemos devolverle a Cristo lo que nos dio, pero sí podemos devolverlo a aquellos a quienes Cristo ama, nuestros hermanos. Por gratitud intentemos amar a los demás y cuidarlos; y ellos, a su vez, transmitirán el mismo amor a los demás hasta que, finalmente, el dinamismo del amor no llegue a todos y todos estén involucrados. Esta es la ley de la Eucaristía", afirmó.

En el mundo actual con el mal, el crimen organizado, la corrupción y demás, se puede ver "la negación del mensaje del misterio de la Eucaristía, porque es egoísmo, violencia, opresión, individualismo diabólico". Con esto, dijo el Purpurado, "el círculo del amor, el misterio de la comunión es reemplazado por el círculo del odio, por el misterio del mal que envenena el corazón del hombre".

El Secretario de Estado animó a los participantes del congreso eucarístico a "reunir todas sus energías de inteligencia y corazón, que son muchas y tan válidas, hacia la construcción de una sociedad mejor, más justa, más ordenada, más humana, una sociedad digna de la tradición cristiana de su tierra".

"Que la Virgen María, a quien veneran en la Catedral de Oppido Mamertina como la Anunciada, venga en nuestra ayuda. María es una 'mujer eucarística'. Solo mirándola y siguiendo sus pasos podemos celebrar y vivir el misterio eucarístico, 'el tesoro de la Iglesia, el corazón del mundo, la promesa de la meta a la que todo hombre, incluso sin saberlo, anhela'", concluyó.