Feng Jianmei, mujer cuya fotografía junto a su bebé abortado se difundió por todo el mundo, revelando el drama de la cruel política del hijo único en China, concedió una entrevista a Dragon TV relatando el drama que ha atravesado junto a su esposo, y aseguró que a pesar de que muchas autoridades han sido sancionadas, ellos son quienes perdieron más, pues perdieron a su bebé.
Feng fue emboscada por agentes policiales chinos el 2 de junio de 2012. Los agentes la golpearon y llevaron a una instalación médica, donde le aplicaron una inyección letal directamente en la cabeza del bebé, mientras la madre permanecía atada a la fuerza a una camilla.
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Al poco tiempo, Feng dio a luz a su niño ya muerto, y los trabajadores dejaron el bebé sobre la cama de Feng en el hospital. Esta foto, subida a una popular red social del país por su esposo, fue la que se diseminó por todo el mundo, provocando el rechazo global a la política del hijo único en China.
Feng Jianmei fue obligada a abortar a su segundo bebé porque no pudo pagar a tiempo los 40 mil yuanes (unos 6 200 dólares) con los que el gobierno sanciona a quienes tienen más de un hijo.
Según dijo a la prensa, Feng se ha mudado a otra cuidad, tanto para conseguir adecuado tratamiento médico, como para evadir recuerdos traumáticos de su antiguo hogar.
"Pensé que si cambiaba el ambiente en que vivía, mi humor mejoraría. Luego de que me fui a la provincia de Jiangsu, me sentí mucho mejor. Antes, cuando la gente me reconocía, siempre me recordaba el aborto forzado… Tenía un sentimiento muy incómodo", señaló.
Según relató, Feng aún carga secuelas médicas del aborto, por las que visita continuamente el hospital.
Feng indicó que "aún tengo algunos problemas con mi cuerpo, aún estoy en proceso de curación. También tomo medicinas todos los días".
A pesar del compromiso inicial del gobierno local por cubrir los costos médicos relacionados a su recuperación del aborto forzado, no han cumplido hasta la fecha. Hasta el momento, las dos cirugías por las que ha pasado, le han costado alrededor de 1 700 dólares.
Feng aseguró que "me hablaron sobre un reembolso al comienzo, pero nunca más lo mencionaron".
Para Feng, a pesar de que muchas autoridades gubernamentales locales perdieron su trabajo y ella obtuvo una compensación económica, "no hay un verdadero ganador en este caso".
Feng aseguró que ella y su esposo "fuimos los que más perdimos. Perdimos un bebé".
"Espero que pueda recuperarme pronto, para que mi esposo y yo no tengamos que vivir en lugares diferentes. Espero que él pueda encontrar un trabajo estable y podamos comenzar la vida de nuevo", manifestó.
El esposo de Feng trabaja actualmente en una fábrica de cemento, y no se atreve a declarar a la prensa por temor a perder su trabajo.
Brian Lee, director ejecutivo de All Girls Allowed, organización que combate el aborto selectivo contra mujeres en China, señaló que las declaraciones de Feng "muestran realmente cuán devastadora es la promoción brutal de la política del hijo único".
La entrevista a Feng, dijo Lee, "pone al descubierto que las autoridades locales, a pesar de las disculpas públicas del año pasado, están aún más preocupadas por limpiarse el rostro que por restituir a una familia a la que han hecho daño en una de las peores formas que se pueden imaginar".
Lee exigió que las autoridades ayuden y no amenacen a la familia de Feng, pues "ellos se limpiarán el rostro cuando honren a Feng Jianmei y Deng Jiyuan".
"Ellos un día tendrán que dar cuenta de sus actos ante el trono de Dios; rezamos para que ellos se arrepientan y den a la señora Feng lo que merece por derecho", dijo.
Lee indicó que "también pedimos al presidente Xi Jinping que tome acciones contra este acto de corrupción, como parte de su compromiso de acabar con la corrupción".
"Pero hay esperanza", dijo, pues "tenemos un Dios que es más grande que esta situación trágica. Creemos que Él llevará curación y justicia a la señora Feng, y rezamos porque ese día llegue pronto".