La leyenda urbana de Pablo VI: Los anticonceptivos y las monjas en África

La leyenda urbana de Pablo VI: Los anticonceptivos y las monjas en África
El Beato Papa Pablo VI. Foto: Wikipedia (dominio público)

El vaticanista italiano Sandro Magister explicó que no existe evidencia de que el Beato Papa Pablo VI haya concedido el permiso a las religiosas de El Congo para que tomen anticonceptivos en la década de los años sesenta cuando el país estaba en medio de una guerra civil y las monjas corrían el riesgo de ser violadas.

En un artículo publicado hoy en su blog Chiesa.it, Magister señala que "en ninguna parte resulta que Pablo VI haya concedido explícitamente ese permiso. Nadie ha podido citar nunca una sola palabra suya a este respecto".

El origen de esta "leyenda urbana" se remonta al pontificado de San Juan XXIII. En 1961 "la cuestión sobre si era lícito que unas religiosas en peligro de ser violadas recurrieran a los anticonceptivos, en una situación de guerra como la que asolaba entonces en Congo, fue sometida a tres competentes teólogos moralistas".

Ellos eran Pietro Palazzini, entonces secretario de la Sagrada Congregación del Concilio que luego sería cardenal; Francesco Hürth, jesuita y profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana; y Ferdinando Lambruschini, profesor en la Pontificia Universidad Lateranense y después Arzobispo de Perugia.

Los tres formularon juntos los correspondientes pareceres en la revista del Opus Dei, Studi Cattolici (Estudios Católicos), número 27 (1961) páginas 62 a 72, con el título: Una donna domanda: come negarsi alla violenza? Morale esemplificata. Un dibattito (Una mujer pregunta: ¿cómo negarse a la violencia? Moral ejemplificada. Un debate).

Los tres, explica Magister, "eran favorables a admitir la licitud de este acto, aunque con argumentos distintos. Y este parecer favorable no sólo pasó indemne el examen para nada sumiso del Santo Oficio, sino que se convirtió en doctrina común entre los moralistas católicos de cada escuela".

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Este es, según el vaticanista italiano Sandro Magister, el origen de la leyenda urbana sobre Pablo VI y su supuesto permiso para que las religiosas en medio de una situación de guerra y en peligro de ser violentadas usen anticonceptivos.

La Humanae Vitae

En 1968 el Papa Pablo VI publicó la profética encíclica con la que pasaría a la historia, la Humanae vitae, en la que condenó como intrínsecamente mala "toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación" (n° 14).

[Puede leer: La encíclica Humanae vitae de Pablo VI]

Esta condena a los anticonceptivos entró en 1997 con las mismas palabras en el numeral 2370 del Catecismo de la Iglesia Católica.

"Pero también después de la Humanae vitae la licitud del comportamiento de las hermanas congoleñas siguió siendo pacíficamente admitida, sin que Pablo VI y sus sucesores se pronunciaran en mérito", afirma Magister.

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En 1993, cuando el Papa era San Juan Pablo II, la cuestión volvió a plantearse pero esta vez por la guerra en Bosnia, no en el Congo.

"El teólogo moralista que ese año se hizo portavoz competente de la doctrina común favorable a la licitud fue el jesuita Giacomo Perico con un artículo en la revista La Civiltà Cattolica, impresa con el visto bueno de las autoridades vaticanas y que llevaba el título: 'Violación, aborto y anticonceptivos'", afirma el vaticanista italiano.

"En realidad, la controversia entre los moralistas, desde entonces hasta nuestros días, no tiene que ver con la licitud del acto en cuestión, sino con los fundamentos de dicha licitud", añade.

Magister explica que existen dos corrientes de pensamiento entre los moralistas:

"Hay quien considera la licitud de este acto una 'excepción' a la que, por consiguiente, se podrían añadir otras, valoradas caso por caso, lo que invalidaría el atributo de 'intrínsecamente malo' –y, por lo tanto, ya no habría ninguna excepción– aplicado por la Humanae vitae a la anticoncepción".

La segunda corriente considera que "el acto de las hermanas congoleñas o bosnias (es) un acto de legítima defensa de los efectos de un acto de violencia que nada tiene que ver con el acto conyugal libre y voluntario del que se quiere excluir la procreación, sobre el cual, y sólo sobre este, cae la condena –sin excepción de ningún tipo– de la Humanae vitae".

El estudioso que de manera más clara ha reconstruido el choque entre estas dos corrientes es Martin Rhonheimer, profesor de ética y filosofía en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, indica Magister.

Rhonheimer ha escrito al respecto en el volumen Ethics of Procreation and the Defense of Human Life (La ética de la procreación y la defensa de la vida humana), The Catholic University of America Press, Washington, 2010, en las páginas 133-150, que a su vez reproducen un ensayo suyo precedente publicado en 1995 en La Scuola Cattolica, la revista de la facultad teológica de Milán, con el título Minaccia di stupro e prevenzione. Un'eccezione? (Amenaza de violación y prevención. ¿Una excepción?).

Puede leer la columna completa de Sandro Magister AQUÍ.

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