Con una Misa presidida por el Obispo de San Felipe, Mons. Gonzalo Bravo, la Iglesia en Chile celebrará este sábado 25 de marzo 30 años de la canonización de Santa Teresa de Los Andes, primera santa chilena y primera carmelita americana en llegar a los altares.
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La Eucaristía será a las 12:00 m (hora local) en el santuario dedicado a la religiosa, ubicado en Auco, en la comuna de Rinconada, provincia de Los Andes, donde descansan sus restos.
El rector del lugar, P. Rodrigo Segura Orrego, invitó a los fieles a participar en esta celebración para agradecer a Dios "por el hermoso regalo que nos ha dado en la santidad de Teresita de Los Andes".
A través de un videomensaje, el sacerdote aseguró que la Misa será también una ocasión para "festejar la santidad" y pedirle a Santa Teresita "que siga siendo este faro luminoso para toda la humanidad".
Santa Teresa de Los Andes nació el 13 de julio de 1900 y fue bautizada con el nombre de Juanita Fernández Solar.
Desde los 6 años cultivó su fe asistiendo a Misa casi a diario, con un gran anhelo de comulgar. Recibió la Primera Comunión en 1910.
Desde entonces, recibía diariamente a Jesús sacramentado, y su diálogo con el Señor se afianzaba. El llamado a la vocación religiosa lo percibió con claridad a sus 14 años, eligiendo las Carmelitas para desarrollar su misión.
A los 17 años de edad expuso su carisma: "Sufrir y orar", dos palabras que definieron su vocación. Defendió con pasión su vida contemplativa, con la convicción y la alegría de saber que su sacrificio serviría para mejorar y purificar al mundo.
Eligió como nombre "Teresa de Jesús" y vivió en el convento menos de un año. Falleció el 12 de abril de 1920, a los 19 años de edad, víctima del tifus.
Su beatificación fue presidida por San Juan Pablo II el 3 de abril de 1987 durante su visita a Chile. El mismo Papa la canonizó el 21 de marzo de 1993, en el Vaticano.
Desde el santuario dedicado a la religiosa en Chile, afirman que su canonización "es un don y una gracia para nuestro país", ya que se trata de una mujer joven que, con sólo 20 años y "sin haber realizado nada extraordinario", se convirtió en la primera santa chilena.
"Teresita nos hace relucir la santidad callada como ideal de vida, un auténtico rostro de la pertenencia a Cristo", expresan en el sitio web del santuario.
"Su canonización fue un hecho histórico que permitió una revitalización de la fe cristiana, donde nos recuerda que ser santos es posible, que la vocación más propia de todo cristiano es la santidad", sostienen.
"Su vida real nos dice que ser santos no es hacer grandes cosas, ni tener dificultades por resolver, sino la realización de ellas con amor y entrega", destacan.