Una noche especial vivieron los jóvenes de Colombia gracias a la vigilia de oración en la que estuvieron presentes la imagen de la Virgen de Fátima y las reliquias del Beato Carlo Acutis, un encuentro que los unió espiritualmente a los peregrinos que participan en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa (Portugal).
La vigilia de oración se llevó a cabo en la parroquia San José de Calasanz, en Bogotá, la cual, gracias a Misión Fátima Colombia, acogió la imagen peregrina que desde enero recorre las diócesis del país, así como las reliquias de primer grado de San Óscar Romero y de segundo grado de los santos pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.
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Pero, además, estuvieron presentes dos reliquias de primer grado del Beato Carlo Acutis, el adolescente italiano que usó las nuevas tecnologías para difundir el amor a la Eucaristía a través de su exposición digital sobre los milagros eucarísticos.
Una de estas reliquias llegó para ser entronizada en la parroquia gracias a la donación de la Asociación Amigos de Carlo Acutis.
Que una misma noche estuvieran juntas la imagen mariana y las reliquias del beato adolescente fue un hecho que no había sido planificado y que fue destacado por el párroco de San José de Calasanz, P. Edgar Rivera García, durante la Misa que celebró antes de la vigilia.
Así, durante la noche, los jóvenes y sus familias tuvieron la oportunidad de acercarse a venerar la talla mariana llegada desde Portugal, así como las reliquias de tres santos y un beato, y pedir su intercesión ante Dios.
En la homilía, el sacerdote destacó que la misión de la Virgen María es llevar a los hombres ante Dios, valiéndose para ello de apariciones como la ocurrida en 1917 en Fátima (Portugal).
"Por eso hoy nos reunimos de una manera especial, por el inicio de la Jornada Mundial de la Juventud que justamente es en Portugal, donde ocurre este milagro tan sublime de la aparición de la Santísima Virgen María para llamar a todos sus hijos a la conversión, a orar, a hacer un compromiso existencial con el buen Dios", expresó.
Asimismo, animó a los jóvenes a seguir el ejemplo de María que le dijo a Dios: "Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra", y de ese modo "ir disminuyendo para que el buen Dios vaya creciendo" en nosotros.
"Este disminuir implica ir abandonándonos en el buen Dios que no defrauda, que no decepciona, que tiene planes perfectos", explicó el P. Rivera. El sacerdote aseguró que la coincidencia de la visita de la imagen de la Virgen de Fátima con la entronización de la reliquia de Carlo Acutis es una muestra de que "la santidad no es algo de hace años".
La santidad, explicó, es "el propósito por el cual nos llevaron a bautizar", y lo que hace la Santísima Virgen "es recordarnos que para eso fuimos creados, para decirle sí a Dios" y dejarnos guiar por "su divina voluntad, pero felices, enamorados, dispuestos a caminar con Él".
"Ese decirle 'sí' a Dios y caminar con Él va configurando un plan de amor que es mucho más sublime de lo que podríamos imaginarnos", aseguró a los jóvenes.
Durante la vigilia también se rezó el santo Rosario y se llevó a cabo un momento de adoración eucarística.
El P. Rivera García recordó a los jóvenes "la necesidad de ser eucarísticos, porque tenemos un don gigantesco: es el mismo Dios presente para nosotros, encarnado, disponible en el sagrario, esperándonos con amor. Es el mismo Dios dándosenos en la Eucaristía para que, al recibirlo, Él nos llene de su gracia".