La Iglesia en Pakistán afirmó que la vida de la católica Asia Bibi “es muy importante para nosotros” y por tanto todo lo que se haga para evitar que sea ejecutada exige prudencia de parte de sus defensores.
Según señala la agencia vaticana Fides, el director de la Comisión Nacional de Justicia y la Paz de la Conferencia de Obispos de Pakistán, P. Emmanuel Yousaf Mani, se entiende “la preocupación que subyace tras las campañas internacionales (a favor de la mujer católica). Pero la vida de esta mujer es muy importante para nosotros, y no haremos nada que ponga en peligro su vida”.
“Debemos esperar en silencio que la Corte escuche su apelación”, añadió.
La cautela de la Iglesia en Pakistán se basa en el hecho de que las personas que “presionaron un indulto en favor de Bibi terminaron asesinados por extremistas islamistas, y una absolución en medio de un clima de opinión agitado no necesariamente salvaría la vida de Asia Bibi y su familia”, explicó Gaudium Press.
Como se recuerda, el primero en perder la vida fue el gobernador Salman Taseer, un musulmán que intentó defenderla y fue asesinado en enero de 2011 por un miembro de su propia escolta, que luego proclamó con orgullo haberlo matado porque calificó la ley de blasfemia como "una ley negra".
Ese mismo año un grupo de sicarios puso fin a la vida de Shabaz Bhatti, Ministro para los Asuntos de las Minorías, único católico en el gobierno de Pakistán, también opuesto a la ley de blasfemia y uno de los defensores públicos de la mujer católica.
Finalmente, Anne-Isabelle Tollet, periodista y autora del libro "Sáquenme de Aquí", que narra el drama personal de Asia Bibi, denunció que todos los miembros de su familia "están bajo la amenaza de muerte y viven escondidos, mudándose frecuentemente e incapaces de salir a trabajar. Los niños extrañan mucho a su madre y dejaron de ir a la escuela por seguridad. El menor sólo tiene nueve años".
Actualmente Asia Bibi está aislada en la cárcel debido a las amenazas que recibe de otros reclusos. Como se recuerda, un líder religioso islámico de Peshawar ofreció una recompensa de cinco mil euros para quien la mate.