La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su "profundo dolor", así como su "tristeza y consternación" por el reciente asesinato de dos jóvenes en el estacionamiento de una iglesia en el estado mexicano de Veracruz, poco antes del inicio de una Misa de una quinceañera.
En la tarde del 18 de mayo, en el exterior de la rectoría de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, dos jóvenes fueron asesinados antes del inicio de la Misa.
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El Obispo de Córdoba (México), Mons. Eduardo Patiño Leal, lamentó en un comunicado que "hace tiempo que en Veracruz la violencia no tiene límites, ni horas, ni lugares, ni respeto alguno por lo sagrado".
A marzo de este año se registraron más de 500 asesinatos en el estado de Veracruz, sumido en los enfrentamientos de los cárteles de narcotráfico Los Zetas y Cártel Jalisco Nueva Generación. El 19 de abril, un grupo armado irrumpió en una fiesta en el municipio de Minatitlán y asesinó a 14 personas.
La violencia en México sigue creciendo y en los primeros tres meses de este año se alcanzó la cifra de 8.493 de asesinatos, la más alta de la que se tiene registro.
De acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., 15 de las 50 ciudades más violentas del mundo durante 2018 fueron mexicanas.
Tijuana, en el estado de Baja California, ocupa el primer lugar del listado. Le sigue en segundo puesto Acapulco, en Guerrero; mientras que en la cuarta ubicación se encuentra Victoria, estado de Tamaulipas.
Ciudad Juárez, en Chihuahua, fue la quinta ciudad más violenta del mundo e Irapuato, en Guanajuato, la sexta.
En el comunicado, los obispos mexicanos expresaron su unión con Mons. Patiño y "especialmente a las familias que han sido víctimas de este intolerable suceso".
"Frente al misterio del dolor y la muerte, los creyentes ponemos nuestra confianza en Dios, pues sabemos que las almas de los justos están en sus manos y se encuentran en paz", añadieron.
"La violencia que estamos viviendo en nuestros pueblos y comunidades, al igual que en muchas partes del país, genera una descomposición social que ha deteriorado profundamente la convivencia armónica y pacífica de nuestra sociedad".
La CEM hizo luego un "llamado a la sociedad a recuperar el sentido de la sacralidad de la vida de la persona y de los valores esenciales".
"A las autoridades le solicitamos con firmeza, una vez más, investigar exhaustivamente, hasta aclarar los hechos, para actuar conforme a la verdad y la justicia", concluyeron los obispos.
