El director nacional de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Italiana, P. Carmine Arice, descartó que los gestos de amor y compasión del Papa Francisco hacia los peregrinos enfermos formen parte de una "estrategia de marketing" para mejorar la imagen pública de la Iglesia sino que simplemente responden a su habitual modo de ser.
En una entrevista concedida a ACI Prensa, el P. Arice, explicó que "el Papa Bergoglio no comenzó su obra pastoral con el Pontificado", sino que "siempre fue así".
"El Papa Francisco siempre ha sido así, y siempre tuvo muy claro que la Iglesia tenía que ser pobre y para los pobres. El Cardenal Bergoglio, el Obispo Bergoglio, el sacerdote Bergoglio, ya era así cuando vivía en Argentina, ese siempre fue su estilo de vida".
"Hace falta abrir las mentes. Vemos una Iglesia relanzada por ello, pero no quiere decir que esto sea una acción para ganar credibilidad en la Iglesia, sino que este Papa testimonia con coherencia, no busca la comodidad", afirmó.
El prelado italiano considera que durante el Conclave que eligió al Cardenal Bergoglio, el Espíritu Santo se hizo sentir entre los cardenales por una sola razón, para "llevar a la Iglesia a una convicción".
"Cuando llegó al Pontificado, trajo con él su experiencia, su corazón, y ahora lleva a la Iglesia hacia una convicción suya, que la Iglesia solo es Iglesia si sale de sí misma a las periferias de la existencia".
La fotografía del 6 de noviembre en la que el Papa abraza a Vinicio Riva, un italiano de 53 años que sufre neurofibromatosis – una dolorosa enfermedad neuronal que causa tumores en la piel y en los huesos-, conmovió al mundo entero. Pocos días después, el 20 de noviembre el Papa conseguía lo mismo y estrechaba en un abrazo a un hombre desfigurado.
"El Papa hace esto porque él dice que Cristo se ofrece en la Eucaristía y tocamos el rostro de la carne viva de Cristo en los enfermos", explicó el P. Arice.
En otro de estos gestos, el 9 de julio pasado el Papa Francisco viajó a la isla italiana de Lampedusa para consolar y escuchar los testimonios de cientos de inmigrantes clandestinos que huyeron de África en busca de un futuro mejor.
También convocó a una jornada de oración por la paz en Siria y el mundo entero el pasado 7 de septiembre y congregó en el Vaticano a más de medio millón de personas.
"Los gestos hablan por sí solos. Tenemos un Papa que nos habla a través de la palabra y a través de las acciones simbólicas que son muy importantes, para afirmar la dignidad de la persona humana intrínseca, permanente e incondicional", concluyó.