El Papa Benedicto XVI aseguró que en la Capilla Sixtina, que hoy 31 de octubre cumple 500 años de historia, se unen la luz de la obra de arte y la luz de Dios, durante el rezo de las vísperas de la solemnidad de Todos los Santos.
Así, el Pontífice resaltó que "no se trata sólo de luz que viene del sabio uso del color rico de contrastes o del movimiento que anima la obra de arte" sino que "es la luz de Dios que ilumina los frescos y la entera capilla papal".
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"Aquella luz que con su potencia vence el caos y la obscuridad para donar vida en la creación y en la redención", añadió.
En este sentido, subrayó que la Capilla Sixtina "narra esa historia de luz, liberación, salvación y habla de la relación de Dios con la humanidad". También destacó que la Capilla Sixtina, "contemplada en oración, es todavía más hermosa, más auténtica" ya que "se revela toda su riqueza".
El Pontífice también resaltó que este evento histórico-artístico se festeja con una celebración litúrgica porque "la Sixtina es, por su naturaleza, un aula litúrgica, es la capilla magna del Palacio Apostólico" vaticano.
Además, añadió que "las obras artísticas que la decoran, en particular los frescos, encuentran en la liturgia su ambiente vital".
Al comienzo de la ceremonia, el presidente del Gobernatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, el Cardenal Giuseppe Bertello, remarcó las recientes palabras del Papa de que la Capilla Sixtina "representa para muchas personas, que no conocen el Evangelio, el contacto mayor, a veces único, con la Santa Sede y es por eso una ocasión privilegiada para conocer el mensaje cristiano".
El 31 de octubre de 1512 el Papa Julio II rezó también las vísperas y fue posible por primera vez contemplar la bóveda de 1.100 metros cuadrados de frescos que Miguel Ángel pintó a casi 20 metros de altura durante los años 1508 a 1512.