Un nuevo estudio realizado en Chile, con información recopilada durante cincuenta años, confirmó que un mayor acceso al aborto no produce una disminución en la tasa de mortalidad materna.
La investigación, titulada "Nivel de educación de mujeres, instalaciones de salud materna, legislación sobre el aborto y mortalidad materna: un experimento natural en Chile desde 1957 hasta 2007", fue publicada el 4 de mayo en PLoS ONE, la revista científica más grande del mundo.
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Uno de los descubrimientos más importantes de la investigación fue que, contrariamente a las suposiciones sostenidas ampliamente por los abortistas, desde que el aborto fue declarado ilegal en Chile, a fines de la década de 1980, la tasa de mortalidad materna disminuyó de 41.3 hasta 12.7 por cada 100,000 niños nacidos vivos. Esto significa una reducción de 69,2 por ciento.
El Dr. Elard Koch, epidemiólogo y autor principal del estudio, subrayó que "definitivamente, la prohibición legal del aborto no está relacionada con las tasas globales de mortalidad materna".
Para el estudio, los científicos usaron datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística de Chile, entre los años 1957 y 2007. Los autores analizaron los factores que pueden afectar la mortalidad materna, como los años de educación, ingreso per cápita, tasa global de fecundidad, suministro de agua potable, entre otros.
La investigación consideró también el impacto de las políticas de educación y salud materna, incluida la legislación que prohibió el aborto en Chile desde 1989.
El Dr. Koch remarcó que es la educación de las mujeres lo que mejora su capacidad "para acceder a los recursos existentes de atención de salud, incluyendo personal calificado para el parto, y conduce directamente a una reducción en su riesgo de morir durante el embarazo y el parto".
La investigación reveló que Chile, un país en el que está prohibido cualquier tipo de aborto, es un paradigma en salud materna a nivel mundial, pues la tasa de mortalidad materna disminuyó en un 93,8 por ciento entre 1957 y 2007.
El Dr. Koch subrayó que "de hecho, durante el 2008 la tasa de mortalidad materna se redujo de nuevo, a 16.5 por cada 100,000 nacidos vivos, posicionando a Chile como el segundo país con la proporción más baja en el continente americano, después de Canadá".
De acuerdo al científico, la tasa de mortalidad materna de Chile se encuentra dos puntos por debajo de la de Estados Unidos.
En febrero de 2011, Chile recibió el premio International Protect Life Award (a la protección internacional de la vida), por ser el país con la tasa más baja de mortalidad materna en América Latina.
Entre las variables que han influido en el descenso de la mortalidad materna en Chile se encuentran la formación de personal calificado para la atención materno-infantil, la nutrición complementaria para mujeres embarazadas y para sus hijos, así como la limpieza de las instalaciones.
Pero el factor más importante resultó ser el nivel educativo de las mujeres. Por cada año adicional de educación de la madre, se observó una disminución correspondiente en la tasa de mortalidad materna de 29,3 por 100,000 nacidos vivos.
Sin embargo, para el Dr. Koch, esta investigación muestra una "paradoja de la fertilidad" en la salud materna, pues si bien "la educación ha ayudado a que Chile alcance uno de los records mundiales en seguridad para la maternidad, también ha contribuido a disminuir la fertilidad y retrasar excesivamente la maternidad, poniendo a las madres en riesgo por su mayor edad".
El problema actual, de acuerdo al científico, ya no es cuántos hijos tiene una madre, sino "cuándo una madre tiene sus hijos, especialmente el primero de ellos".