Durante el IV Congreso Nacional contra la Trata y el Tráfico de Personas, el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Monseñor Jorge Lozano, afirmó que en la actualidad se pretenden justificar "conductas perversas" con argumentos que contienen "resabios de pseudocultura machista" y con una mirada de la sexualidad "en un marco hedonista y frívolo".
Monseñor Lozano se expresó de esta forma al presidir un panel sobre el rol de las organizaciones sociales en el combate de este flagelo social. Frente a representantes del poder judicial, funcionarios públicos y referentes de otras instituciones, definió a la trata como "una realidad criminal que nos avergüenza como seres humanos".
El Obispo, sobre la agenda social de la Iglesia, informó que, estructural y psicológicamente, "el varón no necesita consumir sexo".
"El consumidor es prostituyente. Se pretende justificar conductas perversas con argumentos que contienen resabios de pseudocultura machista y con una mirada de la sexualidad en un marco hedonista y frívolo", aseguró.
En su ponencia, el Obispo de Gualeguaychú sostuvo que el que paga por sexo "es cómplice de secuestro y tortura", y por ello, debería ser sancionado penalmente, al conocer que a la mujer se la ha sometido a la violencia física, psicológica y al engaño.
También expresó: "la sanción debiera incluir la confiscación de los lugares utilizados. ¿Por qué no proponer incautar los bienes y proveerlos al servicio de víctimas, como se hace en otros países?". Al momento, el título tercero de la Ley 26.364, que regula las disposiciones penales y procesales, no prevé sanciones de este tipo.
Monseñor Lozano pidió una justicia más presente sobre el "turismo sexual", otro tema de preocupación para la Iglesia, y que ha sido tema de reflexión para la Comisión Episcopal de Migraciones y Turismo.
"No se puede tener una mirada ingenua; hay mafias que se enriquecen y oprimen. La corrupción y complicidad abarca diversas estructuras políticas y sociales. La motivación puede ser el dinero o el miedo por amenazas", sentenció.
Por último, el Obispo indicó que la tarea de la Iglesia en estos temas pasa por la prevención, la denuncia y la asistencia a las víctimas. Recomendó profundizar la presencia de material en orden a la prevención, y visibilizar el tema.