Al presidir la tradicional misa cotidiana en la capilla de la Casa Santa Marta en la que reside, a la que acudieron empleados de las embajadas y consulados de la Argentina en Italia y en la FAO, el Papa Francisco dijo hoy que "desde el 26 de febrero que no celebraba la Misa en español".
"Me ha hecho mucho bien", reconoció, antes de agradecer a los funcionarios diplomáticos lo que hacen por el país.
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El Pontífice pidió a los presentes que tengan cuidado con lo que dicen sobre los demás y les advirtió que no se debe insultar, porque "el insulto es una forma de denigrar al otro".
"No hace falta ir al psicólogo para saber que cuando uno denigra al otro es porque él mismo no puede crecer y necesita humillar al otro para sentirse alguien", sostuvo.
"Si la cosa no va por el camino de la fraternidad, todos terminaremos mal: el que insulta y el insultado", agregó.
El Papa observó después que "si uno no es capaz de dominar la lengua se pierde" y además "la agresividad real, la que Caín tuvo con Abel, se repite en el arco de la historia".
No es que seamos malos, afirmó el Papa, "somos débiles y pecadores". Precisamente por esto es "más sencillo", "terminar una situación con un insulto, con una calumnia, con una difamación que arreglarla con algo bueno".
Por último, Francisco pidió al Señor que "nos dé a todos la gracia de tener cuidado con la lengua con respecto a lo que decimos de los demás" y exhortó a "evitar" los comentarios que hacemos hacia los demás, o "las explosiones que nos llevan al insulto o a los enojos fáciles. ¡Qué el Señor nos conceda a todos esta gracia!".