En un reciente mensaje en ocasión de la fiesta de San Andrés (30 noviembre) y la visita de una delegación católica a los ortodoxos en Turquía, el Papa Francisco escribió un mensaje en el que recuerda a los cristianos perseguidos que "pagan con su sangre el precio de su profesión de la fe".
El texto fue llevado por el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, devolviendo la visita que los ortodoxos hicieron el pasado 29 de junio a Roma. El Purpurado entregó a Bartolomé I un regalo ?del Papa y su mensaje.
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En el texto, el Papa Francisco escribe que "el recuerdo del martirio del apóstol San Andrés también nos hace pensar en los muchos cristianos de todas las Iglesias y Comunidades eclesiales, que en muchas partes del mundo sufren discriminaciones y a veces pagan con su sangre el precio de su profesión de la fe".
El Santo Padre señala: "Amado hermano en Cristo, es la primera vez que me dirijo a usted con motivo de la fiesta del apóstol Andrés. Aprovecho esta oportunidad para asegurarle mi intención de continuar las relaciones fraternas entre la Iglesia de Roma y el Patriarcado Ecuménico".
"Es para mí un motivo de gran consuelo reflexionar sobre la profundidad y la autenticidad de los lazos que existen entre nosotros, fruto de un viaje lleno de gracia a lo largo del cual el Señor ha guiado nuestras Iglesias desde el histórico encuentro en Jerusalén entre el papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, cuyo quincuagésimo aniversario vamos a celebrar en breve".
"Unidos en Cristo, por lo tanto, -dice el Papa- ya experimentamos la alegría de ser auténticos hermanos en el Señor, y al mismo tiempo somos plenamente consciente de no haber alcanzado la meta de la plena comunión. A la espera del día en que podamos participar juntos en el banquete eucarístico, los cristianos están llamados a prepararse para recibir este don de Dios mediante la oración, la conversión interior, la renovación de la vida y el diálogo fraterno".
"Nuestra alegría en la celebración de la fiesta del apóstol Andrés no debe hacernos alejar la mirada de la dramática situación de muchas personas que están sufriendo debido a la violencia y la guerra, al hambre, a la pobreza y a los graves desastres naturales. Soy consciente de su profunda preocupación por la situación de los cristianos en Medio Oriente y por su derecho a permanecer en sus países de origen".
El Pontífice señala asimismo que "el diálogo, el perdón y la reconciliación son el único medio posible para lograr la resolución de conflictos. Seamos incesantes en nuestra oración al Dios todopoderoso y misericordioso por la paz en esta región y sigamos trabajando por la reconciliación y el justo reconocimiento de los derechos de las personas".
"Estamos celebrando el 1700º aniversario del Edicto de Constantino, que puso fin a la persecución religiosa en el Imperio Romano de Oriente y de Occidente, y abrió nuevos canales para la difusión del Evangelio. Hoy, como entonces, los cristianos de Oriente y Occidente deben dar testimonio común para que, fortalecidos por el Espíritu de Cristo resucitado, difundan el mensaje de salvación a todo el mundo".
Hay también, resaltó el Papa, "una necesidad urgente de cooperación efectiva y comprometida entre los cristianos con el fin de salvaguardar en todas partes el derecho a expresar públicamente la propia fe y a ser tratados con justicia cuando promueven la contribución que el cristianismo sigue ofreciendo a la sociedad y la cultura contemporáneas".