El Papa Francisco ha recibido la carta póstuma del joven carmelita español Pablo María de la Cruz, quien ingresó en la Orden con un permiso especial in artículo mortis y que falleció el pasado 15 de julio cuando contaba 21 años.
La corresponsal en el Vaticano de la Cadena COPE -emisora de la Conferencia Episcopal Española-, Eva Fernández, ha sido la encargada de entregar la misiva al Pontífice, junto al recordatorio diseñado por el religioso para su funeral.
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El Papa, a bordo del avión camino a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, ha hecho saber a la periodista que tenía conocimiento de la historia del joven español.
En la carta, el religioso carmelita le expresaba al Papa su deseo de haber participado en la JMJ en persona, pero en el caso de que hubiera fallecido antes, como ha ocurrido, comprometió su oración y apoyo:
"En ese caso, espero que Él me permita echarte una mano -y tanto mejor- desde el Cielo, haciendo 'lío' y celebrando, como bien dices".
Respecto de su dolencia, el joven confesó al Papa Francisco que "entre altibajos, días mejores y peores, y con mucha purificación a través de la enfermedad, hoy miro mi vida y puedo confesar que he sido y soy feliz".
"He descubierto que el centro de mi vida no es la enfermedad, sino Cristo", subrayaba el joven en su misiva, al tiempo que recordaba lo repetido a su entorno en los últimos meses: "A través del sufrimiento en la enfermedad he encontrado a Dios, y a través de la muerte en la enfermedad iré a Él. Y por ello le doy gracias".
Fuego enamorado
El carmelita también compartió con el Papa algunas reflexiones sobre el celo apostólico de la juventud: "Sé por experiencia que nadie puede apagar el fuego interior que puede tener un joven enamorado de Jesús. Pido al Señor que este fuego del amor de Dios arda en Lisboa".
"¡Cómo me gustaría que los jóvenes conocieran a Jesús, mi Amado! Él me ha dado tanto, me ha consolado tanto, ¡me ha hecho tan feliz! Físicamente estoy sin fuerzas, pero la comunión de los santos me permitirá participar con vosotros de una manera más profunda y no menos", dejó escrito el joven carmelita.