Durante la homilía de la Misa especial celebrada en la Gruta de Lourdes de los Jardines Vaticanos para los Cuerpos de Gendarmería, el Papa Francisco les exhortó a que hablen bien el uno del otro, pero no cedan a la tentación del chisme y la cizaña.
"Les pido no solo defender las puertas, las ventanas del Vaticano", dijo el Santo Padre, sino también defender "como su patrón, San Miguel" las puertas de los corazones de quienes trabajan en el Vaticano.
"Hay una tentación -que quisiera decir que es para todos, incluso para mí, pata todos-, una tentación que al diablo le gusta mucho: que contra la unidad, cuando los peligros escondidos trabajan directamente contra la unidad de aquellos que viven y trabajan en el Vaticano".
El Santo Padre advirtió que "el diablo trata de crear una guerra interna, una suerte de guerra civil y espiritual, ¿no? Es una guerra que nos e hace con las armas que conocemos, es una guerra que se hace con la lengua".
"Le pedimos a San Miguel que nos ayude en esta guerra: nunca hablemos mal uno del otro, nunca abramos nuestros oídos al chisme. Y si oyen a alguien chismeando, ¡deténganlo! Aquí no se puede. ¡Sal de la Puerta de Santa Ana, ve afuera y habla allá! ¡Aquí no se puede! Es eso, ¿eh? La buena semilla sí, hablen bien el uno del otro, sí, ¡pero la cizaña no!".