El Papa Benedicto XVI exhortó a los jóvenes de Brasil, y con ello a las jóvenes generaciones de todo el mundo, a ser protagonistas de una sociedad más justa y fraterna, inspirada en el Evangelio de Cristo y así ayudar a otros a descubrir la belleza de la fe.
Así lo indicó el Santo Padre en ocasión de la 50° edición de la campaña cuaresmal de Fraternidad promovida por los Obispos de Brasil que este año lleva por lema "Fraternidad y juventud", cuando todo el país se prepara espiritualmente para la 27° Jornada Mundial de la Juventud Río 2013 que se realizará del 23 al 28 de julio.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Tras expresar que se une a esta iniciativa de Cuaresma, el Papa recordó que en su viaje a Brasil en el año 2007, exhortó a los jóvenes en Sao Paulo a ser "protagonistas de una sociedad más justa y fraterna inspirada en el Evangelio".
Benedicto XVI dijo luego que los "signos de los tiempos" en la sociedad y en la Iglesia "surgen también a través de los jóvenes: menospreciar estas señales o no saber discernirlas es perder ocasiones de renovación. Si ellos son el presente, serán también el futuro. Queremos jóvenes protagonistas integrados en la comunidad que los acoge, demostrando la confianza que la Iglesia deposita en cada uno de ellos".
Tras explicar que esta tarea requiere de guías (padres, consagrados o laicos) dispuestos a seguir a Cristo, el Santo Padre alentó a los jóvenes a "buscar siempre en el Evangelio de Jesús el sentido de la vida, la certeza de que es a través de la amistad con Cristo que experimentamos lo que es bello y nos redime".
"De ese encuentro transformador, que deseo a cada joven brasileño, surge la plena disponibilidad, de quien se deja invadir por un Dios que salva: ‘¡Aquí estoy, envíame! a mis coetáneos‘ ayudándolos a descubrir la fuerza y la belleza de la fe en medio de los ‘desiertos (espirituales) del mundo contemporáneo, en el que se debe tomar apenas lo que es esencial: (…) El Evangelio y la fe de la Iglesia, de los cuales los documentos del Concilio Vaticano II son una expresión luminosa, así como lo es el Catecismo de la Iglesia Católica".
El Papa hizo finalmente votos para que "el Señor conceda a todos la alegría de creer en Él, de crecer en su amistad, de seguirlo en el camino de la vida y testimoniarlo en todas las situaciones, para transmitir a la generación siguiente la inmensa riqueza y la belleza de la fe en Jesucristo".
"Con votos de una Cuaresma fructífera en la vida de cada brasileño –concluyó– especialmente de las nuevas generaciones, invoco la protección maternal de Nuestra Señora de Aparecida, y a todos concedo una especial bendición apostólica".