"Es oportuno recordar este día. Ante todo, para agradecer al Señor el habernos dado un Papa como Benedicto XVI", expresó el Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Mons. Vincenzo Paglia, al recordar que un día como hoy, hace ocho años, el Cónclave reunido en la Capilla Sixtina eligió al Cardenal Joseph Ratzinger como sucesor del ahora Beato Juan Pablo II.
Ese día, ante una Plaza de San Pedro abarrotada por miles de fieles, y otros millones que seguían este hecho a través de los medios de comunicación, el Papa Benedicto XVI dio sus primeras palabras: "Queridos hermanos y hermanas, después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela que el Señor sepa trabajar con instrumentos insuficientes y me entrego a vuestras oraciones. En la alegría del Señor y con su ayuda permanente, trabajaremos y con María, su madre, que está de nuestra parte".
"Todo su pontificado –afirmó Mons. Paglia-, está verdaderamente marcado por la humildad: la humildad de quien no ha escatimado esfuerzos en el trabajo, la humildad de quien ha querido hacer prevalecer la verdad sobre cualquier otra idea, la humildad de quien ha dado verdaderamente su vida con amor".
En entrevista con Radio Vaticana, el Prelado explicó que en ese sentido la renuncia de Benedicto XVI al Pontificado encierra "una pasión por la verdad y el amor. Con estas dos dimensiones se puede entender la profundidad espiritual del gesto del Papa Benedicto: no pensó solamente en sí mimo, sino que pensó en la Iglesia, en la necesidad de que el Evangelio viaje aún más veloz por los caminos de un mundo que corre el riesgo de perder el sentido de la existencia".
Contemplando la figura de Benedicto y la de Francisco, Mons. Paglia afirma que se le vienen "espontáneamente a la memoria sus predecesores. Pienso en Juan XXIII, en el Papa Luciani, y también en Juan Pablo II y en Pablo VI. La historia de estos Papas se entrelaza en las figuras de los dos últimos Pontífices. Tengo que decir que debemos agradecer al Señor el habernos dado Papas como éstos, que han marcado la Iglesia y el mundo".