Organizaciones no gubernamentales y cristianos en Pakistán han exigido a las autoridades locales que investiguen las denuncias de tráfico de órganos de las víctimas del atentado del 22 de septiembre, perpetrado por extremistas musulmanes en una iglesia anglicana.
Según reporta la agencia vaticana Fides, los cristianos de la región han expresado estar "horrorizados" porque supuestos "chacales", posiblemente paramédicos locales, estarían aprovechando el alto número de muertos y heridos tras el atentado del domingo pasado para robar órganos de las víctimas y venderlos en el mercado negro.
Dos extremistas musulmanes detonaron de forma suicida bombas contra la iglesia anglicana De Todos los Santos, mientras los fieles salían de su servicio religioso. El atentado dejó un saldo de 82 muertos, entre ellos 34 mujeres y 7 niños, y 145 heridos.
El Padre Mario Rodríguez, sacerdote de la ciudad de Karachi señaló que de ser ciertas estas denuncias "habría criminales que están especulando con el sufrimiento de las víctimas cristianas de una forma verdaderamente blasfemia y sacrílega".
"Pedimos a la policía que realice una investigación seria y profunda sobre estas voces que están escandalizando a todos", demandó.
Pakistán, alguna vez conocido como "líder de destino" del turismo de trasplantes y tráfico ilegal de órganos humanos, promulgó una ley en 2010 para regularizar estos procedimientos médicos.
Si bien el tráfico ilícito de órganos ha disminuido, desde 2011 se ha presentado un incremento de casos.
Según investigaciones policiales, solo en la localidad de Punjab se han identificado 42 clínicas dedicadas al trasplante de órganos obtenidos de forma ilegal.