Más del 95% de las madres que saben que su hijo nacerá con síndrome de Down deciden abortar. Según informa un artículo del diario español El Confidencial, aunque no hay datos oficiales se estima que de los 400 mil nacimientos anuales, tan sólo 150 son de niños con trisomía 21.
De hecho, el director de la fundación Down España, Agustín Matía, asegura que "el número de parejas que se hacen los cribados y amniocentesis [pruebas diagnósticas del síndrome de Down y otros síndromes durante el embarazo] y deciden seguir adelante tiende a cero".
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Según se precisa en este artículo, uno de cada 700 nacimientos debería ser de un niño con síndrome de Down, por lo que durante el año 2018 deberían haber nacido unos 571 niños con este síndrome.
Sin embargo, en España no llegan a los 150 niños nacidos con trisomía 21. En 2012, nacieron 306 niños con síndrome de Down, en 2013 fueron 304. Durante el 2014, nacieron 286 y 269 en el 2015. Esta tendencia muestra que para el año 2050 no nacerá ningún niño con esta característica en España.
Un caso similar sucede en Islandia, donde todas las mujeres que supieron que su hijo nacería con síndrome de Down abortaron.
"La sociedad española, al tiempo que tiene muy buena imagen de las personas con Down, desprecia la discapacidad. Con el descenso de la natalidad, los hijos son la cosa más importante que se tiene en la sociedad, un tesoro que hay que cuidar al máximo. Las parejas quieren que su hijo sea ideal, se imaginan el mejor de los futuros y un niño con discapacidad no entra en estos planes", aseguró el director de Down España.
En ese sentido, Matía subrayó que se trata de una "gran contradicción" ya que "empatizamos con los niños discapacitados, incluso nos emocionamos con ellos, pero personalmente no estamos dispuestos a tenerlos".
También destacan la investigación de Jaime Villaroig, profesor de la Universidad CEU Cardenal Herrera Oria, de Valencia (España), que asegura que se trata de una "eugenesia encubierta".
"No se quiere mencionar el concepto porque recuerda al nazismo, pero la eugenesia es una práctica muchos más amplia de lo que parece, que comenzó en el siglo XI y que se ha llevado a cabo abiertamente en países como Estados Unidos y la zona norte de Europa", precisa el profesor.
En ese sentido subrayó a El Confidencial que "estamos hablando de eugenesia dura: la eliminación de individuos humanos antes de nacer".
"Las personas con síndrome de Down gozan de gran protección después de nacer, pero antes casi nadie les apoya", aseguró Villaroig.
"Yo siempre acudo al ejemplo de la política del hijo único en China. Las parejas chinas abortaban a las niñas, ya que solo tenían una oportunidad y sabían que los varones iban a tener más posibilidades de éxito social. El Gobierno chino no lo concibió así, pero lo que sucedió fue que se discriminó a la mujer solamente por serlo. Con las personas con síndrome de Down sucede lo mismo. ¿Por qué no se les permite nacer? Porque tienen una anomalía, por sus características cromosómicas", declaró el profesor.
En ese sentido, el presidente de Down España asegura que en su opinión no es tanto "eugenesia" sino "un sesgo eugenésico de la Medicina".
Según destacó Matía, a la fundación Down España llegan muchos padres que aseguran que "los médicos les presionan muchísimo para abortar. Les señalan los problemas a los que se van a enfrentar, cuestionan la viabilidad del feto... inclinan al aborto a muchas personas. Ellos están en shock y les lanzan encima un montón de problemas. Para la Medicina, cualquier cosa que se aleje de sus patrones de normalidad ha de ser evitada".
Además Villaroig subraya que el screening o cribado prenatal, una prueba voluntaria que sirve para detectar malformaciones o enfermedades en el feto, "se realiza con fines eugenésicos".
"Al final se trata de evitar que nazcan niños con síndrome de Down u otras malformaciones congénitas. Además, como el personal sanitario no se quiere pillar los dedos con esto, la presión sobre los padres es muy fuerte", aseguró Villaroig.
Matía, desde la fundación Down España, precisó que "la implantación del test genético irá diezmando la población de niños que nacen con discapacidades, pero no solo de los Down, sino también otros con fibrosis quística o cualquier otro problema genético. A esos niños se les descartará desde el principio".
Algo con lo que coincide Villaroig, que subraya que "si nada lo revierte, nos encaminamos hacia la desaparición total de personas con síndrome de Down. Siempre habrá personas que quieran a sus hijos sean como sean y vengan como vengan, pero serán casos testimoniales. Temo el día en que nuestros hijos nos puedan decir: 'En el fondo no nos queréis por ser como somos, sino porque nacimos sanos".