En medio de los aplausos y entre grandes muestras de afecto, sostenido por la certeza de que Cristo nunca deja de cuidar a su Iglesia, el Papa Benedicto XVI recordó, en su penúltima Audiencia General de hoy celebrada en el Aula Pablo VI, el anuncio de su renuncia el lunes 11 de febrero. El Santo Padre exhortó a seguir rezando por él, por todos los fieles y por el futuro Pontífice.
Se trata de una decisión que, como él mismo dijo, ha tomado siendo "profundamente consciente de la gravedad de este acto", pero, al mismo tiempo "consciente, de no tener ya la capacidad de ejercer el ministerio petrino con el vigor que el mismo requiere":
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A continuación sus sentidas palabras al inicio de la catequesis que dedicó a la reflexión sobre el tiempo de Cuaresma que se inicia hoy con el Miércoles de Ceniza:
"Queridos hermanos y hermanas
Como saben (aplausos...) –gracias, por vuestra simpatía– he decidido renunciar al ministerio que el Señor me encomendó el 19 de abril de 2005.
Lo he decidido en plena libertad y por el bien de la Iglesia, después de haber rezado largo tiempo y de haber examinado mi consciencia ante Dios, profundamente consciente de la gravedad de este acto, pero, al mismo tiempo consciente, de no tener ya la capacidad de ejercer el ministerio petrino con el vigor que el mismo requiere.
Me sostiene e ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo. Él no le hará faltar nunca su guía y cuidado. Agradezco a todos por el amor y la oración con la que me han acompañado.
En estos días no fáciles para mí, he percibido casi físicamente la fuerza de la oración, que me da el amor de la Iglesia y de vuestra oración. Sigan rezando por mí, por la Iglesia y por el futuro Papa ¡El Señor nos guiará!"